26 oct 2013

Lánzate exultante a los mares y demuestra que no necesitas victorias de Samotracia

               CARIÁTIDE

¡Cambia de piel!

¡Escápate de la piedra!¡Haz añicos la cavidad que te subyuga! Huye exaltada a los campos, despierta y llévate contigo los besos que durante siglos te han regalado y ríete de las cornisas.

 

Escupe

sobre esa castrense fila de columnas: manos de ceniza a golpes muertas las alzaron temblorosas hacia cielos encapotados que soltaban poco a poco sus lágrimas.

 

Derriba

los templos ante las nostalgias de tu rodilla en la que el color pálido delata su ansia.

 

¡Desflorécete!

Deja que el vino gotee sobre tu sexo, desangra de grandes heridas tu blando bancal: Mira, con los gorriones Venus se hace la trenza y con las rosas se perfuma alrededor de las puertas del amor de las caderas.

 

Lánzate

exultante a los mares y demuestra que no necesitas victorias de Samotracia para que el viento te lleve hasta las lejanas orillas donde las olas se baten contra las rocas y se frotan con árboles.

 

¡Sueña! Sí, sí. ¡Sueña, Oh Cariátide!

Porque hasta de los mitos que callan y de las inmóviles estatuas pueden surgir los sueños.

                                                        Johann R. Bach

 

 

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