LA LUNA ES SALVIA Y ESTAÑO INTENSO
¿En qué pensabas –le preguntó Agnés-
mientras esperabas a que cayera la noche?
Lou contestó despacio,
como si no estuviera seguro de su memoria: Cuando oscurecía, sentado en un banco, pensaba en la mujer que amaba, pero pronto su rostro se ocultaba; sentía como el vacío, a su vez enfermo, comenzaba a llenarse de niebla.
-¿Cómo podías estar tanto tiempo allí sentado
y qué esperabas que pasara con el simple transcurso del tiempo?
Allí sentado sentía cómo el aire entraba libre en mis pulmones y sentía abundante espacio a mi alrededor. ¿Quién sabe cuánto tiempo debe transcurrir antes de que se deterioren los frágiles huesos de una mariposa? La respuesta no está flotando en el viento: una milésima de siglo. Allí sentado sentía pausadamente en la tristeza de las cosas.
Hay que admitir –dijo Agnés-
que la poesía no es soberana en todo lugar. Te habrás fijado por ejemplo que en esta Casa de Huéspedes invitamos a la Libertad a sentarse con nosotros en la cena de todos los viernes. Su lugar en la mesa permanece vacío, pero el cubierto sigue puesto.
Yo también fui muy crítica durante mi juventud:
La idea de la reposición de las piezas de usura de una máquina dio origen a los implantes dentales. Querían hacernos creer que nuestra boca podía ser eterna.
Su perfeccionamiento derivó
en la implantología de minúsculos chips en el cerebro. Ha llegado ya a estar lleno de máquinas microscópicas hasta estallar. ¿Podrá todavía garantizar la existencia del riachuelo de sueño y evasión?
No me gusta un pelo
ver como el hombre con paso de sonámbulo, camina hacia las minas anegadas con alcohol, guiado por el canto de los inventores… Mi esperanza se sustenta en pensar que
la luna es salvia y estaño intenso.
Johann R. Bach