12 jul 2012
LA PORTE DE cHARENTON (una de las puertas de entrada a París) Poema de Elisa R. Bach ( www.homeo-psycho.de )
LA PORTE DE CHARENTON
Ustedes que no creían –y no creen- en nada
que no fuera tangible –para Ustedes claro-
no querían admitir que bajo la piel del mar
había más mar.
Necesitaban encontrar el bosón;
no pudiendo tampoco crearlo,
Ustedes, durante cincuenta años, al galope
no pudieron ceñirse su soledad de paja
absuelta, inacabada. No supieron
guardar el secreto de su ignorancia,
del alto sol señor de la jornada
del sol que irrita, que vehemente fatiga,
que la noche es ausencia y podrían pasar frío.
No supieron encontrar Ustedes el BOSÓN
y le echaron la culpa al SOSÓN –otra partícula-
responsable de la comunión
entre el vuelo de los pájaros y la lluvia ácida;
responsable de un horizonte hecho de manos
de compañera y pan de los que tienen miedo
de desaparecer si no dan señales
de algún descubrimiento. Ya no recuerdan Vdes.
aquella única vez en que un auricular
colgó de sus orejas alaridos
para decir amor aun siendo ateos.
Les he visto uno a uno
engullidos como vivieron: por costumbre.
No es raro, pues, comprobar
que en lugar de estar contentos,
les embargue su desazón:
A Dios no le hizo falta reservar un gran espacio,
una única hectárea de tierra allá en las nubes
era suficiente para aparcar todos vuestros BOSONES
y aún quedaría espacio para los SOSONES
en caso de que logréis descubrirlos.
Estos versos, rompiendo silencios no placen y
ruego perdonéis a los poetas su mal humor
si no les ha gustado, por falta de sal,
esa sopa de bosones y sosones.
Y ese verso que escribes mientras la tierra calla,
ese campo doméstico que muge sin acento
y los instantes con sonrisa se puede
hilvanar como tu silueta se cose a la penumbra.
Es tan agradable ese verso que escribes…
ese silencio meditado carnal subsidio y fruta
convierte el arrullo del Sena
y el cielo gris de París junto a la Porte de Charenton,
lejos del Monasterio, en cálida caricia y a ti,
prófuga como un globo, te hace ir masticando el aire.
10 jul 2012
ASAMBLEA DE BOSONES. Poema de Elisa R. Bach ( www.homeo-pstcho.de )
CONVOCATORIA DE ASAMBLEA DE BOSONES
Hace 4 días el Bosón 1 salió de casa
y en el camino se unió al Bosón 2 quien,
exacto como el día bajó hacia el rio
con la intención de darse un baño
en el rojo bromo líquido del marino feliz.
Hacía calor y el cuerpo pedía una tregua al verano
mientras, distante, el universo del átomo
batallaba por un invierno exento de fríos neutrinos.
Y he aquí que, cuando llegaron, el Bosón 3
ya nadaba entre juncos frescos y la brisa verde
del fósforo en su octavo estado alotrópico .
Leed la semana próxima cómo el Bosón 4
apartando el agua del agua pesada
–el deuterio a un lado , el oxígeno al otro-
el río cerrándose sin cicatriz detrás del Bosón 5.
Ved cómo en los periódicos y en los telediarios
un relámpago de peces alrededor del Bosón 6
iluminará el núcleo de protones formando
la electricidad positiva del momento y
la transparencia de la tarde.
Pero oscurece y es hora de cenar
antes que la noche se disuelva
en un caldo de cultivo de bacterias de Bosones generosos
Seguramente tendremos la alegría de ver
en los próximos segundos –figuradamente días,
semanas o años- cómo el Bosón 7, el más misterioso,
los convoca a todos ellos en la orilla
de una probabilidad entre las sombras
y todos los Bosones del día se reunirán sucesivos y
distintos:
El insondable y el solitario. El maledicente y el distraído.
Sobre la hierba rumorosa, sujetados sólo
por la fuerzas centrípetas, lejos del centro,
los oiremos compartir la miel y el instante,
la sed y las palabras: No puede uno
bañarse dos veces en el mismo rio y olvidarse del
BONITO RELOJ DE BOSONES
VIDA SECRETA EN EL MONASTERIO. Poema original de Elisa R. Bach ( www.homeo-psycho.de )
VIDA SECRETA EN EL MONASTERIO
Tu vida en el Monasterio
se parecía bastante a la de las piedras:
por fuera eras como una adivinanza
que nadie sabía cómo resolverla.
Vivías inmóvil la mayor parte del tiempo.
Era tu estrategia pasar inadvertida.
De día parecías soñar al borde del abismo
y ni el fuego ni la lluvia podían comprenderte;
pero de noche, si alguien hubiera hecho oído
sobre tu corazón habría escuchado
fiestas clandestinas allí dentro,
bosones sacando a bailar a otros bosones
sobre inmensas pistas de baile como átomos,
y, fuegos artificiales en los cielos domésticos
surcados continuamente por electrones.
Apenas les dabas ocasión o la espalda,
se despedían de la tierra para unirse
iónicamente a otros mundos metálicos
o covalentemente para licuarse y
resbalar por la piel de los mares; y,
después de rodar cuesta abajo
persiguiendo a un sol donde se aprietan
protones y neutrones incubados por ángeles.
A veces te sorprendían en una de esas fiestas
saludando con relámpagos secretos,
probando con ello que eras pariente lejano
de las nubes ionizadas y el castigo era inmediato:
tres días de aislamiento completo en tu celda
con el agua y el pan racionados.
Después de vivir algunos de esos castigos
descubriste que no eran tan duros;
como a muchas otras te gustaba traspasar
la gelatina del silencio que cubre las cosas,
tropezar dos veces con la misma pareja,
viajar sin salvoconducto
al interior del núcleo el país de las heridas.
Hasta ahora los bosones callaban
-lo mismo que tú-, jamás respondían:
hechos de silencio, cuando se les nombraba,
realmente, al pie de los ríos o pasando sobre ellos
el agua como los créditos de un largometraje,
los arrojábamos a nuestro propio tejado.