20 jul 2012
DESAYUNO CON POEMAS. de Elisa R. Bach ( www.homeo-psycho.de )
DESAYUNO CON POEMAS
¿Cómo explicar
que durante veinticinco años
quisieron hacer de ti
carne de piedra bajo el manto?
Muchas en el Monasterio
buscaban el milagro del cincel de la codicia.
Te negaban la dulzura
y el doble placer agonizante
escondido en la gruta de las sílabas:
el discurso de los labios
y los sabores en tiempos de cerezas.
Te negaste a ser, siempre desde tu soledad,
mármol de sexo femenino;
la obscena beatitud de tu frente sin arrugas
y el grito suspendido en la garganta
era intolerable. Tu cara tras el rostro
no era un rostro vulgar
ni bruma en el cartón; era un busto
que salía a flote a punta de buril;
su alegría era tan tuya
como la máscara de huesos que
en lo oscuro pierde su densidad.
El hambre de una piel que ha tenido sólo
poemas para desayunar
cede a las caobas rojas texturas de tu voz,
y a la cómplice embriaguez
del sueño breve con olor a noche.
Hieren la soledad cuando se cierra la puerta
y sólo están sus muros fríos y los cielos vacíos de
bocas que buscaron ser mordidas.
De las pocas mujeres que amaste,
ninguna llevaba tatuado el nombre al aire,
o el brillo de una alhaja pendiente del ombligo
ni de un labio. Era el Monasterio un lugar lacónico.
No había rosas rojas al sur de sus espaldas
ni quisieron desayunar con tus poemas.
Aquellas monjas tenían cierto aire de tragedia
romántica en la que el sufrimiento lo era todo.
Sus marcas eran otras, más hondos los estigmas
grabados en sus médulas con cilicios y sus celos
estaban al acecho de toda posible sonrisa:
Buscaban imposibles amores en barrotes de hierro,
distintos del tuyo.
18 jul 2012
NIEBLA DE ABRIL. Poema de Elisa R. Bach ( www.homeo-psycho.de )
NIEBLA DE ABRIL
En cada poema hay un lugar
donde reconoces a alguna persona
a la que querrías besar,
hasta que tuviera en las esquinas
de los ojos un eclipse de luna,
En cada poema puedes ver también
un lugar para un sueño
donde amar el oculto pecado.
No es siempre un amor desgraciado.
Sí, sabes que hasta de la sangre sale humo…
Sexo del poema…
Pero los sueños son así. Inexplicables.
¿Quién no vive en un poema
la niebla de abril? De pronto
como en el cielo, un solo rayo de sol,
pálido como un bastón de ciego, tantea,
tal vez algo más firme que hace una semana
Manos frías de Anémona corazón de Pulsatilla.
16 jul 2012
UNA ÚNICA HOJA DE UNA CARTA DE AMOR. Poema de Elisa R. Bach ( www.homeo-psycho.de )
DENTRO DE UNA ESTRELLA TRIPLE
escondida entre tus viejos libros de oraciones
como la mecha que prende
el paquete de dinamita. Tu corazón
estalló. Risas y lágrimas cubrieron tu rostro.
De repente cobraste ánimos y fuerza centrífuga
Tu pensamiento –te dijiste- puede llenar el mundo.
Sentiste cómo nace la carne informe,
cómo el azar que se entremezcla
con la esperanza de vida, espera.
De pronto los astros sollozaron contigo
y la luz empezó a despedazar su boca lentamente,
lo aparentemente discontinuo se grababa,
también dejaba paquetes de sonidos
y al pasar el horizonte excavó el cielo,
enterró grises y amenazadoras nubes.
Los colores repetían dimensiones que
no eran pensadas por tu cerebro transparente,
cristalizaban en el ámbito espectral de las estrellas,
en sus centros candentes;
y, la cicatriz de tu vacuna
que aquella vez en la antesala… se reabrió.
Aquella mujer que fuiste, y renació
mientras el mundo sea mundo,
no dejará de dar saltitos
sobre uno y otro pie, para calentarse…
Así saltará también tu libertad
entre los espacios de la triple estrella Próxima Centauri; y,
el Monasterio no ha sido más que un diminuto rincón
donde , entre envidias, celos y torturas,
has acumulado pensamientos
sin saber a quién atribuir la victoria,
y mientras tanto sientes qué sola estás,
separada por la cara muda de las puertas
de las que escaparás llevando contigo
una única hoja de una carta de amor.
15 jul 2012
SUEÑOS BAJO CANTOS GREGORIANOS. Poema original de Elisa R. Bach ( www.homeo-psycho.de )
SUEÑOS BAJO CANTOS GREGORIANOS
Desde las diez de la noche
en que el silencio invadía, totalmente,
por orden de la Superiora,
todos los rincones del Monasterio
la oscuridad,
muñeca trasnochada de esperanza
con las sílabas aún sueltas en la boca,
créelo, nadie hubiera visitado
el liquen de tu rostro, nadie
hubiera acudido a tu celda
para abrir tu puerta y quemar
la deshilachada funda de tu almohada.
Y, sin embargo, ahí estabas
en tu habitación depósito de estrellas
que sonreían como niños de color y
tu cuaderno con sabor a lágrimas
donde contabas los días por plegarias
junto a armonías esperando ser cantadas
en otro mundo, quizá sólo en otras celdas
secuaces de serpientes y de versos:
sólo tus jirones en la tela de la ropa íntima
componían tu cárcel de juguete y
el deseo del manantial de
un hombre arlequinado aún fuera de la vida misma.
En esa misma humilde frontera de noches
como aquellas de silencio obligatorio
no eras más que una región delimitada,
dígitos de molécula en cubilete eléctrico
a pocos segundos de luz de la eutanasia
que distan del acuerdo o de la rendición;
sin tastar siquiera la longitud de un sorbo de café
o de un ovillo de voces de canto gregoriano que esbeltas
te ayudaran a arrojarte en los brazos de Morfeo.
Reconocías en esas voces logradas en los amaneceres
acompañados sólo por los tubos del órgano
la inalcanzable meta de nunca haber nacido.
Elisa R. Bach
www,homeo-psycho.de