Capítulo 9. De "TUS MEDICINAS"
LA MANZANILLA (Chamomilla)
Grito sobre el abismo
Ahora todo parece poco
pero atrás de mí hay un grito
-a veces resurge mientras duermo.
Es el grito de la geometría blanca
de la angustia y desesperación,
que produce astillas de cristal en mis ojos,
hielo que es agua en el alma
y agua que es luz ¡Arriba las estrellas!
Más arriba aún, pues su luz es eternidad,
que inunda mis dedos de tinta.
Ya no soy nada, es cierto,
pero soy más aún, ascua lineal
sobre la piel del mundo
dibujada al carboncillo.
Después de haber acariciado tu cuerpo
sólo el viento es cuerpo. Donde floto.
Al fin, estos sueños te han mordido
como mis dientes y el hielo de tu vientre
se ha descongelado expulsando el agua
donde la noche en triángulo comienza.
¿A quién mirarán tus pequeños pezones
en esta noche si todo quedó atrás
sin posibilidad de fumar las distancias
que hagan que mis gemidos
sean un perfecto cono en el cielo?
Creo que hay que alargar las sombras
y estirar las figuras en mi espejo cóncavo
y coser con arcos, ballestas, pájaros y agujas
los puntos cardinales; hay que bailar
con la infantería de las cigarras
y la artillería de las luciérnagas
con las pieles al aire solamente vestidas
con sollozos de cerezas
y aromas que se palpan con los dedos
para descubrir que no hay tiempo atrás,
ni tiempo después, cómo el electrón
vive su probabilidad y sólo siente sed.
Hay que ser hálito en el hálito,
álgebra de la gloria en el fracaso,
línea recta como trayectoria ideal
de una herida con hacha.
Hagamos pirámides
y adoremos a las estrellas.
Atrás de mí sólo hay un grito.
Después de mí vendrá otro grito,
otra gota de agua diluida en la nada;
yo soy ese dibujo al carboncillo,
sólo un grito sobre el abismo. Elisa R. Bach
Yvette era una niña preciosa, morena, de ojos negros y mofletes rellenos y rosados. Era el gran regalo esperado por sus padres. Sólo presentaba un problema: no podía conciliar el sueño sino estaba en brazos de la madre. El padre observó que cuando viajaba en coche la niña dormía a pierna suelta. Por eso, cada noche, le daba un paseo en coche. De esa manera todos eran felices.
Cinco años más tarde llegó a la familia un precioso niño que al igual que muchos otros de pequeño era rubio y su aspecto era idéntico al de su hermana mayor. Alejandro era cariñoso y podríamos decir que completamente normal, pero sus sueños parecían agitados porque durmiendo, a menudo, lanzaba un grito. El padre descubrió que las noches que lo paseaba en coche su sueño era profundo y no profería grito alguno. ¿Qué remedio? Aplicó la misma terapia que a su hermana.
La madre Ángela jefa de enfermeras era una persona muy nerviosa y maniática de la limpieza. Tomaba café a todas horas y era hipersensible a cualquier clase de dolor, especialmente al dolor de muelas. Como características destacables, su paciente esposo, describió su forma de dormir y cómo conciliaba mejor el sueño: Dormía boca arriba y con las pierna abiertas; y, cuando usaba el secador de pelo se dormía profundamente. También tenía gran tendencia a los tacos y la blasfemia.
En cierta ocasión no pudo ir al trabajo aquejada de una fuerte tortícolis que se le agravó al tomar un analgésico de los muchos que estaba acostumbrada a tomar. El médico que acudió a su domicilio para atenderla sorprendentemente hizo que su esposo preparase una manzanilla y diluyendo una gota de la reputada infusión en un vaso de agua le introducía en la boca con una cucharilla pequeñas dosis de esa dilución. Ángela no tardó en salir de su estado de postración y volvió al trabajo en aquel mismo día.
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Esas situaciones definen perfectamente a la gente que necesita Chamomilla 15 CH, pero a falta de esa medicina homeopática se puede diluir una gota de una infusión de manzanilla en un vaso de agua batirla fuertemente y tomarla a pequeños sorbos.
La lista de las cosas que puede curarse con un gota de camomilla es extensísima y aquí citamos sólo unas cuantas:
• Malos efectos del café.
• Histeria.
• Acidez
• Blefaroespasmo.
• Catarro.
• Dolor de cabeza.
• Ataques de desmayo.
• Gritos al despertar.
• Diarrea.
• Trastornos de la menstruación.
• Mastitis.
• Otalgia.
• Personas que han sido tratadas con narcóticos.
• Salivación nocturna.
• Enfermedades del útero. Elisa R. Bach