14 mar 2015

y, no sé por qué, te siento ya muy cerca.

BUENOS DÍAS AMOR

Buenos días amor.

Amanece en el barrio
con niebla helada. En los ornamentales ciruelos de la calle aún no se han abierto todas las flores,

y, no sé por qué, te siento ya muy cerca.

Preparo un café
y noto cómo en la bandeja el juego de porcelana tú y yo brillan restos del sueño de la noche, pero espero ahuyentarlos con una tacita de primavera líquida.

Podría pensar, por ejemplo,
en ese verso tan gastado en estas guerras modernas: "quien va a morir no duerme". Pero sellados los oídos a ese huracán de lamentos presiento que

esta primavera sí; sí has de venir  
pues todo está dispuesto para que vuelvas a sentir mi calor en tu pecho.

Tres veces en dos años
has faltado a nuestra cita de primavera. ¡Regresa pronto, amor –me digo a mí misma mirando la taza vacía-, y aprovechemos ésta que se acerca!

Afuera, sobre la terraza,
la sombra de las flores pesa sobre las puertas y la luz de la luna aún se extiende sobre las cortinas.

Hermoso amanecer
que arranca amarillas chispas de la retama y rosas aromas de los ciruelos como el mejor de los presagios.

El café exacerba mis sentidos
y me da calor como cuerno de rinoceronte, disipa la neblina de mis ojos y veo muy claro –esta vez sí- que

no tardarás en llegar,
como la hierba verde, como esta mansa mañana.

Buenos días amor.
                                                          Johann R. Bach

13 mar 2015

las mujeres buscan un hombre mayor que ellas en edad

ME GUSTÓ LA CONFERENCIA DE AQUELLA ESCRITORA
                                                                               Nadie te dirá que te odia
                                                                                                         Porque sabes más que él.
                                                                                                                                Nietzsche
Me llamó la atención la mención
que hizo aquella escritora en la conferencia habitual de los jueves: "como ha contado Ovidio en un verso el amor no elige la riqueza. No –afirmaba-.

En efecto, esa es la razón
por la que anda tan buscado.

La Madre Superiora de un reputado monasterio
–continuó la escritora-, solía decir que las mujeres buscan un hombre mayor que ellas en edad, más alto, más culto y… más rico. Entre todas esas condiciones la más importante es la de su posición económica:

Una mujer no soporta a un hombre más pobre que ella.
No puede evitar, llegado el caso, sospechar que piensa como ella.

Pero, como todo -aclaró esa idea-,
esa forma de pensar tiene su aspecto positivo: la mayoría de ellas lee, no para la literatura, sino para la vida.

Al acabar la conferencia sobre su libro
le dijeron a ella, la autora –mujer guapísima y conocedora de eso que llamamos vida-, como premisa de una pregunta que se suponía iba a ser inteligente,

lo siguiente: "En sus libros noto
–dijo un asistente al acto con aire de sabihondo- que la distancia entre ficción, reflexión y memoria es irrelevante…" (no recuerdo cuál fue la finalmente la pregunta)

Vi que aquel comentario la puso nerviosa
pues no sabía si era un elogio o un dardo envenenado de un hombre que la odiaba por sentirse inferior a ella.

Yo valoré aquellas palabras:
Significaban las dos cosas.

Las valoré, en efecto,
pues nada vivo encontramos por ahí –así de difícil es-; nada, quiero decir, que se traicione.
                                                                                                                                                          Johann R. Bach

11 mar 2015

en torno al pequeño lago en el que un pequeño número de mujeres se bañan desnudas

UN OCASO COMO UN SUEÑO

El viento se levanta,
extiende el suave oleaje mientras ella pasea en torno al pequeño lago en el que un pequeño número de mujeres se bañan desnudas desafiando la frialdad del agua.

Recuerda,
mirando el fondo del bosque, los ocasos cuyos finos hilos de luz naranja saltando por encima del oberbaumbrücke alcanzaban el antiguo quiosco de hierro en el que se vendían flores.

Allí mismo,
bajo las vías del S-bahn de la estación Berlín Treptower Park detenía sus pasos para tomar un café,

cuando ebria de amor,
soñando con los besos de su amado, no encontraba el camino de vuelta y entraba en la espesura del Treptower Park dejando atrás el Elsenbrücke.

Con esfuerzo,
contenía la agitación en su pecho y el deseo de sus manos hasta llegar a su refugio de la Puderstrasse.

                                                              Johann R. Bach


10 mar 2015

Tras la sutil cortina rosada de la ventana contempla las cumbres aún nevadas

UNA GOTA DE CAFÉ SOBRE EL ALBORNOZ

Algo misterioso revolotea sobre su cabello,
algo como diminutas mariposas de oro y frunce con extraño nerviosismo el ceño.

La incipiente primavera retrocede
ante la fina niebla que extrañamente acompaña al viento como si tuviera prisa por desvanecerse.

Tras la sutil cortina rosada de la ventana
contempla las cumbres aún nevadas como si las montañas del fondo del paisaje fueran un biombo pintado.

Piensa en ir a la cocina
-con la tenue luz por compañera- a preparar un café, a intentar poner en marcha el vehículo que transporta a lo cotidiano.

Fuera, tras la ventana,
el frío cielo comienza a iluminarse, y se ata el cinto del albornoz con un nudo parecido al de su garganta.

¿Seguirá ceñido aún a la cintura de su amado
el miedo a no encontrar el camino de regreso?

Una gota de café ha manchado
su rosado atuendo como lo ha hecho sobre su rostro el rímel arrastrado por las lágrimas.

Algo misterioso revolotea sobre su cabello,
algo como diminutas mariposas de oro y frunce con extraño nerviosismo el ceño.

                                                               Johann R. Bach


9 mar 2015

El resto de su figura es como un tronco quebrado,

ESCRIBIR CON DEDOS DE MARFIL

                  

Sus dedos de marfil

están dotados para un tacto especial para el bolígrafo y el papel, como manos que invocan otras manos.

 

El resto de su figura

es como un tronco quebrado, cargado de años, casi un manojo de astillas, pero vivo aún.

 

¿todavía la naturaleza le da

un respiro para seguir escribiendo?

 

Mira cada tarde

su pasivo existir nostalgia de otra lluvia, permanencia sin pasión, tranquila frente al horizonte;

 

escribe como un juego

para aplazar su viaje hacia (el Ápex) la estrella Vega pues resbalan los astros en la noche

 

en un vuelo incesante sobre el vacío,

navegando por senderos silenciosos.

 

Resbalan la luz y

las horas hacia la sangre del horizonte y la desnudez de la oscuridad.

 

¡No! –suele decir-,

no es vida ni pasión generosa lo que la naturaleza nos ofrece, es tan sólo otro sueño –la luz no engaña-,

 

otro maravilloso sueño,

un reflejo, espejo inútil del tiempo y su miseria, ritual de otra claudicación en el mismo escenario.

 

Y mientras el tiempo no encuentre donde reposar

persisten los ojos en la noche,

 

y, sus dedos de marfil

siguen escribiendo sobre el papel como manos que invocan otras manos.

 

                                                             Johann R. Bach


8 mar 2015

EN EL DIA DE LA MUJER

HUESOS Y CORAZÓN DE MUJER
            
El que suscribe Johann R. Bach
nacido en la orilla de un mar Paraíso de Cielo Azul, con varios años de experiencia en la navegación entre las islas, y como Forense Encargado de las Autopsias de los insectos del Archipiélago emito el siguiente escrito dirigido a quien pueda interesar


Soy médico y como tal

C E R T F I C O:

Primero:
No es un hecho insólito que Victoria –la Eva del Tercer Milenio- tenga el mismo número de costillas que los hombres y que ninguna de ellas se rompiera en el accidente tras abandonar el mencionado Paraíso de Cielo Azul.

Segundo:
Ella prometió que si se curaba no escribiría nunca sobre aquellas islas –juró olvidar que una vez existieron-, pero ha pasado el tiempo y la tenaz pesadilla continúa y se repite en las noches más amargas.

Tercero:
Dejó por escrito su voluntad –en caso de sobrevivir- de olvidar aquellos esqueletos de pájaros junto a árboles muertos y plumas transparentes reposando sobre sus huesos, esperando una próxima fosilización. Se hizo entonces músico-dependiente.

Cuarto:
Las muestras de ADN depositadas en el Museo del Mar coinciden con las de la piel que había dejado sobre las arenas calcinadas de las playas que tuvieron la suerte de sentir su cuerpo.

Quinto:
Su ADN mitocondrial es más antiguo que el de los hombres por lo que no le debe a nadie ninguna costilla, prometiendo escribir mientras esté viva.

Sexto:
Su pulso es más rápido y lábil de lo que muchos dicen y piensan. Es por ello que su corazón está preparado para escribir, exhaustivamente, tanto poesía como novela y amar incluso después de haber amado.

Séptimo:
La ingenua invención de deseo y recuerdos de Victoria, de palabras y gestos, que vimos reflejada en sus ojos como la misma vida, persiste en todos nosotros como también su ternura y sus frágiles sueños, hoy ya nuestros.

                                         Y para que conste lo firmo y rubrico en
                                         Barcelona a siete de marzo de 2.015
                                                                                 J.R.B.

P R O N Ó S T I C O:

La tiranía sobre la mujer siempre existirá,
pero excusa no habrá para el tirano sea hombre o mujer. Y, a veces, sin embargo,

las naciones

tanto descenderán en su nivel de virtud
(que es la razón), que no será injustamente, sino con justicia, sustituidos los hombres de sus funciones y por alguna fatal maldición aneja,

y privadas se verán de libertad externa,
ya perdida su anterior libertad interna

y, será la mujer quien ponga orden
en la maraña de los múltiples códigos de leyes pensados para justificar el maltrato a media humanidad por razón de su sexo.

                                                              Johann R. Bach

Sin embargo, su aspecto es encantador,

COMO FRUTO MADURO
              
¿Quién no se compadece
al contemplar las cicatrices que los lustros van llenando su piel de marfil –el escaso cuerpo que rodea a su hueso, la carne como escarcha-

marchitándose?

Sin embargo, su aspecto es encantador,
pero discreto hace que las naranjas amargas que adornan algunas calles, a su lado, parezcan sirvientas.

Sus ojos brillan en la ventana
como una primavera tardía.

¿Para quién la belleza marchita de su flor,
el sueño dulce y vívido de una noche de amor pasada como si fuera a ser la última?
                                                                Johann R. Bach