20 dic 2014
el momento en que podrán preguntarse en un referéndum –hoy por hoy, prohibido- si lo que ondea en la vastedad de las aguas –hasta ahora limpias- es una manada de ballenas
19 dic 2014
Bajo ese cielo de alquitrán la vida se va desvaneciendo con lo que parece ser su último naufragio.
CASI VENCIDA LA ESPERANZA
A punto atracar
–parafraseando a Cavafis-, viejo ya, en tu isla, enriquecido de cuanto ganaste en el camino
en algunos días de invierno ves
como el cielo se va oscureciendo, los malos presagios se posan sobre su rostro y la tormenta parece que nunca vaya desaparecer.
Bajo ese cielo de alquitrán
la vida se va desvaneciendo con lo que parece ser su último naufragio.
Su corazón, no obstante, calla
evita el llanto y el grito como si nadie pudiera acudir en su ayuda; añora los días de primavera y eleva sus oraciones a cualquier diosa que le pueda oír.
En respuesta a sus ruegos
alguna piadosa diosa le envía a Morfeo con un sueño que le ayuda a vencer la fiebre.
Casi vencida la esperanza,
su mente parece dirigirse hacia una playa donde busca acostarse junto al cuerpo de su amada desaparecida ya hace algunos años.
Desolado,
en su imaginación, se encarama en lo alto de un escollo desde donde se lanza, pero con las alas que los dioses han hecho que le creciesen a partir de la corteza sus hombros
emprende el vuelo del luto
rozando como un lamento la piel del mar hasta encontrarse con la Dama de sus Sueños.
Como ella, convertido en albatros,
uniendo de nuevo los gestos, las miradas.
Johann R. Bach
Arrodillado -con música de jazz en mis oídos- entre tus piernas como el centauro Quirón
Todo sucede
Arrodillado -con música de jazz en mis oídos- entre tus piernas como el centauro Quirón
EROS
Todo sucede
como si descendiera del brazo de los pulpos el armazón, la carne y las costillas del navío que vuela sobre las volutas de la tormenta:
es la permanencia del deseo;
el deseo, mano de hierro, que mantiene el timón, ferozmente lanzado hacia las playas de las ligeras lanas de tu vestido.
Arrodillado
-con música de jazz en mis oídos- entre tus piernas como el centauro Quirón
mis ojos descendían
–entornados los ojos- como un imán al centro más ardiente de tu cuerpo.
Johann R. Bach
una mujer que ha mirado el horizonte oculto tras una cortina de viento de Tramontana y lluvia;
18 dic 2014
BUENAS FIESTAS
CASI UN PAISAJE
Miro por enésima vez el cuadro.
Casi un paisaje. Las diminutas figuras que aparecen engrandecen los objetos principales de un bodegón que no tiene nada de naturaleza muerta:
el pan, el aceite y la sal
(acompañados o no, con tomate y ajo).
El mármol es puro ágata oscuro,
y da al espacio que contiene la escena una apariencia meridional. El pan es algo tan horizontal que nadie lo apretaría sino contra unas encías ávidas de un picante ajo.
Podría ser que eso fuera el futuro.
Un telón de fondo de arrepentimiento oscuro sobre el que se mueven alegremente pequeños tomates con sus alforjas repletas de antioxidantes.
La venganza de un arte culinario.
Un sordo pero preciso "apartaos de aquí". Un giro inesperado de swing. Y eso es la alimentación del futuro:
Sólo se precisa un pequeño jardín
en que se pueda examinar, a diario, con atención la hierba Allium sativum, el crecimiento del trigo y la salud del olivo
como miraría un lagarto de los trópicos
la fachada de un hotel o aún más, la de un rascacielos.
También es posible
que signifique el pasado, algo a punto de extinguirse. El límite del desencanto. Una cota común alcanzada con grandes esfuerzos.
Los verbos puestos en hilera
hacía la terminación en –aba.
Atajos que se extinguen en la realidad,
charcos que retienen el reflejo por estar contaminados con aceites de motor envejecidos y
cáscaras observadas por el moho
de yemas de huevo desde exterior no pueden impedir la afirmación que ese paisaje representado por el pan con tomate
no es una naturaleza muerta.
Visto desde lejos o desde cerca,
todo lo que está dentro del cuadro no está, ni siquiera parcialmente, muerto a inmóvil.
Sin duda,
estamos en presencia de un retrato, pero sin concesiones: una superficie que, con en sus tonos oscuros brilla el oro y obliga a clavar en él los ojos, y aún con más razón el ojo de la lámpara que le da luz.
Tampoco es exagerado
decir que tal cosa es, en esencia, un autoretrato. Un paso hacia afuera del propio cuerpo, el perfil de unos colores caídos hacia ti,
La visión desde la distancia
de la vida escolar pasada: la capacidad de no espantarse por el procedimiento del llegar al no-ser, como otra forma de la propia ausencia, copiar del natural.
Johann R. Bach