24 feb 2012

COMO DISMINUIR EL CULO Y AUMENTAR EL TAMAÑO DE LAS TETAS (Cap. 18 de Barcelona nació con los granados)

Capítulo 18

 

·         Para disminuir el culo y aumentar el tamaño de las tetas

·         Para aumentar el tamaño del clítoris

CORTEZA SUPRARRENAL 4 CH

PHYTOLACCA TM

·         Para disminuir el pecho y aumentar la adiposidad de los glúteos

·         Para disminuir la vellosidad en la cara y el tamaño del clítoris

CORTEZA SUPRARRENAL 9 CH

PHYTOLACCA 7 CH

 

La belleza

                                                                        "Deliro y no deliro.

                                                                          Me bastaría sólo

                                                                          que me necesitaras"

                                                                                                 Anacreonte

Se suele decir

en relación a lo corporal que:

La belleza pasa como el sueño,

fugaz, inabarcable, sin destino,

como si todos esperásemos

lo mismo de ella.

 

Desearíamos que se detuviera

un instante sobre el labio,

pero para sentir mejor el beso

es preferible cerrar los ojos.

Hay que descubrir la mirada

aunque se halle perdida en el aire

o el cabello, volver en oro la sombra,

los ocasos, del bellísimo instante

en que el latido del mundo se impone.

 

La palabra puede ser tanto más bella: 

una frase de amor acompaña mejor,

al cuerpo amado cuando las sílabas

se convierten en una rosa

que enciende las tinieblas 

y el fuego que desciende de la noche.

 

Cuando despunta el alba silenciosa

y las sombras blancas envuelven

el lugar en donde estamos tan unidos,

nuestros ojos de té descubren

lentamente las estrellas que se adormecen.

 

Las ondas electromagnéticas

de diferente longitud de onda

de las soleadas Ramblas de Barcelona

forman un abanico de colores en mi retina;

de igual forma el reflejo de unos ojos

apasionados pueden disparar el Arco Iris

                                                                  Silvia M. Folch

 

Muchas mañanas la veía avanzar a paso vivo por el Bd. Magenta. Su bastón blanco apenas si se posaba sobre el suelo. Iba segura del espacio que recorría y sus pulmones eran dos alas que la entornaban cada vez que respiraba y sus tetas crecían como si fueran un parachoques, todo lo contrario que las mandarinas de Yvette. Iba sumida en el ámbito azul de cueva aérea creado por el tacto de sus oídos que amanecían como el día. Arco abovedado de una soledad llena de pensamientos como latidos, nuestra ciega vecina renovaba la existencia sin que en derredor nada desplazara. Tan suave y silenciosa recorría el boulevard.

 

¿Dónde terminaría su veloz viaje por dentro de sí misma, mientras una sinfonía de aromas creaba la distancia? Muchas mañanas la veía cómo apretaba los dientes para enfrentarse al duro ejercicio. La veía  redimir con los intermitentes relámpagos blancos de su bastón la gris materia sin sueño de tantas horas de mi vida. A veces me cruzaba con ella para verla de cerca y después mis ojos la seguían hasta donde ya no estaba. Me imaginaba las ventanas siempre abiertas de su casa: una mansión dorada y cálida. Y ya dentro, en mi imaginación me olvidaba de sus habitantes para hacer más hondo el reconocimiento de un espacio con los muebles permanentemente fijados al suelo de forma que para ella debía ser un laberinto por el que entraba y salía como lo hacía del Inframundo de su noche.

 

Cierto día me armé de valor y yendo a su encuentro le dije si me permitía acompañarla. Sorprendentemente se colgó de mi brazo y con tres cortas palabras hizo que mi corazón diera un vuelco: Eres Elisa ¿No? –me dijo- Sí. ¿Cómo sabe mi nombre? Eres la vecina de la casa contigua ¿No? Contestó con naturalidad. Te reconozco –continuó- porque te has cruzado conmigo muchas veces y tu olor a mar es inconfundible. En aquel paseo no sé si ella se colgaba de mi brazo o yo me apoyaba en ella. Ella debió notar mi temblor interno y me invitó a tomar una taza de té en su casa.

 

Su mandíbula era un poco ancha y denotaba una fortaleza más bien masculinoide. Su pelo bien cuidado y recogido en cola de caballo le dejaba el rostro limpio y al descubierto una frente exenta de arrugas y algo prominente. A medida que íbamos hablando sentía que no sólo no me daba lástima por su ceguera sino que además me producía placer conversar con ella. Cuando se lo conté a Yvette lo primero que me dijo era que quería conocerla. Catherine estuvo encantada también de discutir con Yvette sobre filosofía o psicología. Oyéndolas a las dos tenía la sensación de estar en la Academia de Platón; sólo faltaba el letrero en la puerta de la sala de estar "que no entre nadie que no sepa geometría".

 

Balzac tenía ideas orientales  sobre la creencia en que la energía sexual y la creativa son una y la misma cosa. Como consecuencia de ello, si la energía se emplea en prácticas eróticas, se gasta, y se pierde poder creador –comentaba Catherine-. Desde ese punto de vista, cada noche de amor que vivo con Elisa dejo de escribir por lo menos una novela –respondía Yvette-  y no quiero ni pensar en la cantidad de poemas que no he escrito debido a las noches que Elisa y yo hemos dedicado al sexo masculino. Catherine reía. Yo enrojecía y creía que Catherine no me veía, pero mi sudoración me traicionaba aumentando mi olor corporal. Pero me producía placer estar las tres juntas.

 

Catherine continuando con su discurso decía más o menos: "Balzac sentía marcada predilección erótica por las mujeres mayores que él. Por eso escribió "sólo el último amor de una mujer puede satisfacer el primer amor de un hombre". Ahí encontramos otra vez el pensamiento único de la realidad". Yo estaba convencida ya desde hacía años de que no todas las mujeres son iguales y que no todos los comportamientos se han de someter a la corta imaginación de autores que pretenden conocer "a todos los seres humanos" como si saliéramos de un molde de la fundición de Petit Quevilly.

 

¿Tan difícil es pensar que cada persona es diferente? ¿Tan difícil es aceptar que cada individuo ve la realidad desde un ángulo distinto? Yo creo que todo intento de definir un patrón de belleza física o psíquica para todos, no sólo es una grosería para todos aquellos que no se ciñan marcadamente a él y una inmensa desgracia para los que caigan en sus cánones.

 

En París, Roma, Génova o Barcelona se mira a las motos como al culo de las mujeres, por la espalda y después de haber pasado por delante. Se está juzgando la figura física (y la psíquica también) en función de un patrón imaginario que se va abriendo paso gracias a la TV. Cirujanos plásticos y publicistas están imponiendo los modernos cánones de belleza al revestir de prestigio sus caricaturas de la perfección física y convertirlas en signos de "status".

 

Cuando llegué a Paris los peluqueros eran los consejeros de la belleza, pero su exageración –creo- era más bien un juego o entretenimiento que no hacía daño a nadie y, en parte, realzaban la individualidad de cada persona o por lo menos lo intentaban. La cirugía estética en esos años se consideraba exitosa cuando nadie la notaba. Yvette se sometió a varias operaciones de cirugía estética para borrar las cicatrices de su accidente y se sentía satisfecha de haber borrado muchas de aquellas horribles huellas.

 

Por su parte Catherine se había sometido a varias operaciones para que sus ojos artificiales simularan unos auténticos y casi lograba. Al conocerla más a fondo y cuando ya su distancia a mi corazón era mínima, comprendí que la vida estaba siempre más allá, al otro lado de lo que amamos o deseamos, en ese lugar donde infinitamente solos mágicamente a veces nacemos. A partir de compartir con ella algunas tardes poco a poco fui observando las revistas de la moda que se encuentran en todas las antesalas de las peluquerías.

 

En todas las portadas había "guapas estrellitas" en biquini, retratadas de espaldas (como las motos), con el torso vuelto hacia la cámara. Mirándolas con atención descubrí que sólo variaban las caras de las modelos, pues todas tenían el mismo cuerpazo retocado. Como en las ferias donde los niños meten la cabeza en el óvalo de un bastidor para fotografiarse con el cuerpo de Maciste "El Coloso", los editores de esas revistas se limitaban a sustituir cada semana la cara de la sempiterna culona que adornaba sus portadas.

 

Aquellas observaciones no pasaron sin consecuencias para mi concepción de la estética. Observé que tampoco las caras eran muy diferentes: el taller de hojalatería que todas debían frecuentar ofrecía un repertorio muy limitado de narices respingadas, bembas negroides y pómulos angulosos de vampiresa naíf. Nada molesta más a una mujer coqueta (eine Frau immer chic mit kokette Gang) –creo- que llegar a una fiesta donde otra invitada lleva el mismo vestido. Incomprensiblemente para mí es ver que van aceptando llevar todas los mismos morros hinchado por la silicona y las narices todas iguales de rectas.

 

La belleza uniforme degrada el gusto, anestesia la sensibilidad y tiende a robotizar el impulso erótico. El garbo no se puede copiar, es un don natural nacido de la autoestima que las Barbies clonadas abandonan en el quirófano por no atreverse a decir como el Quijote, "soy la que soy".

 

La evolución de un mercado que ya ha aceptado las ubres sintéticas, las liposucciones, los labios hinchados con colágeno, las caras planchadas con botox y las nalgas de ánfora egipcia infiltradas de guayacol, los cirujanos plásticos están abriendo otros horizontes: las vulvoplastias, que consisten en recortar los labios menores de la vagina para evitar que sobresalgan sobre los mayores, pues un creciente número de mujeres detesta que su vulva tenga forma de coliflor.

 

Un seno de una mujer, sea grande o pequeño, tiene una textura y una suavidad que ninguna sustancia química puede igualar. De hecho, gran parte del placer al acariciarlo consiste en sentir como se pone inhiesto y beligerante. Perder la sensibilidad de la vagina o de los senos en aras del éxito frívolo equivale a cambiar las satisfacciones profundas del ser humano por las glorias del maniquí. 

 

Mirando y escuchando a Catherine veo que es una criatura que vive en una galaxia ajena a esos problemas estéticos o en todo caso su estética pertenece más a un mundo interior muchísimo más rico del que sólo espera sacarlo a la luz a través de la palabra, de sus poros y de su aliento. Sólo le basta, como decía Anacreonte, ser necesaria".

 

De la misma forma que Damiana, la florista de la esquina nos necesitaba para vendernos flores y plantas ornamentales y se esforzaba como un corredor de fondo en ser amable y saludar a todos los vecinos que podía regalándoles los buenos días, todos necesitamos a alguien. En nuestra casa teníamos el servicio de limpieza y el de plancha cubierto por una mujer extraordinaria, discreta y diligente. Ella se mostraba contenta con su trabajo y nosotras también.

 

Catherine tenía una asistenta, Lucía (una especie de comodín), por las mañanas durante el día la señora de la limpieza que es también su cocinera y a menudo contrataba los servicios de alguna estudiante para que la acompañara a algunas conferencias o en cortos viajes de vacaciones. Según Yvette todos necesitamos a alguien para tener historia, para entrar en la aurora con las alas de un secreto, para atardecer en el horizonte cansado de otro corazón.

 

Catherine era una persona que mantenía pocas relaciones sociales, pero con las pocas personas que se relacionaba lo hacía con una intensidad y una profundidad inusual en el barrio en que vivíamos. Y como era de esperar congenió agradablemente con Yvette. Ambas compartían muchos puntos de vista a pesar de lo diferente de sus vidas.

 

Ambas, Catherine e Yvette, estaban de acuerdo en que todos necesitamos a alguien para que nuestras palabras se escuchen junto a una taza de té como señas de lo que en silencio constantemente arriba. Las dos mantenían en sus apreciaciones que todos necesitamos ser sueño de alguien para que se abra en nuestra soledad el cuerpo de lo invisible y abracemos su fantasma de luz hasta confundir el tiempo. Todos necesitamos penetrar en la memoria de alguien cuando la sangre desborda sus estrellas. Nuestra imagen –decían a menudo-, clara se refleja en la distancia hacia otro ser aunque no la veamos físicamente.

 

De la misma forma que no es necesario ver a Catherine desnuda para apercibirse de que sus caderas son ligeramente estrechas y sus piernas exentas de grasa, con una musculatura algo masculina en sus nalgas, ella, en su imaginación se hace una idea de nuestras curvas de una forma mucho más sutil: por el timbre de la voz, por el olfato y, sobre todo por las ideas que se desprenden de nuestras conversaciones y así se enamora sin equivocarse del junco tierno y del beso suave.

 

Yo también estoy de acuerdo en que nunca superamos los obstáculos solos, sino que siempre un corazón planta su rosa en el centro de nuestra gloria. Y su aroma nos devuelve a la pureza del principio. Siempre hay por lo menos una persona cuyo flujo de su mirar nos sostiene y si lloramos nuestras lágrimas resbalan por el espacio vacío que dejó otro corazón. 

 

EN UN 23 DE FEBRERO BROTÓ OTRA VIDA

EN FEBRERO BROTÓ OTRA VIDA

 

Aquella mañana del frío febrero

se abrió paso entre nubes inconexas,

superpuestas como grises estrato-cúmulos

de forma que los hilos dorados

no lograron llegar hasta tu ventana,

 

pero su luz fue suficiente para borrar la noche.

 

Junto a la ventana

leíste un poema, mientras esperabas,

meditando lentamente uno a uno sus versos;

tu blusa azul marino con topos blancos

como una flor de campanilla invertida

 

vaciló en su brillo como en tu cara;

 

y volviste a tu sueño imperturbable,

pero tu mirada se desviaba

hacia la página en tus puños.

¿Era un poema antiguo? Sí.

Tus pulgares presionaban la tinta sin borrarla,

 

tus ojos se entrecerraban concentrados,

 

decididos y aún tus labios dijeron: "nuevo".

Como una sombra a punto de escalar,

con sólo una cuerda umbilical que ahoga

-a veces-, una nueva vida, esperaba

el momento idóneo para comenzar el ascenso;

 

quería aspirar todo el aliento de la montaña;

 

con la simpleza de un lecho, deseaba

evitar caer más allá del trivial acantilado;

aferrándose a tu pecho calmaría su desasosiego

y aún con sus ojos cerrados –sin lágrimas-,

esperaba acariciarte con su piel de luciérnaga

 

y llenar de luz tu dolorosa vida.

                                    Elisa R. Bach

 

21 feb 2012

TOMAR CAFÉ AUMENTA LA SENSIBILIDAD (Cap. 3 de "TUS MEDICINAS")

Capítulo 3.                    EL CAFÉ

                                 (Coffea cruda)

 

Aroma de café y risas

 

 En Gràcia, esta medianoche en la plaza,

 todo pasa

 según lo que habíamos previsto:

 La vida late en el reloj solitario

 de mi estudio y en esta página,

 

que me hace compañía este sábado,

 

por donde se me deslizan los dedos;

imprime, mientras las notas

del teclado rompen el denso silencio.

Respiro profundamente,

miro por la ventana, admiro, aspiro,

 

la perfecta disposición de las estrellas en el cielo:

 

(recuerdo a mi madre, mirando las estrellas)

y algo más cercano aún y más sutil

sumergido entre las sombras

y que penetra la soledad

fría, delicada como una música de piano,

 

y un ruido de terrazas, con gente feliz

 

y ausente de donde me llega

un elástico fluido y el aroma de café

envueltos en risas y humo de tabaco.

A través de los claros de los árboles

los hilos blancos chorrean plata

 

dejando tras de sí huellas brillantes

 

y proyectan sombras chinescas

en las paredes llenas de cuadros

que todo lo saben, y ... callan.

Así mismo vuelven a mi mente

pensamientos que me traen

 

la memoria de alegres cenas

 

llenas de tu presencia.

Cierro los ojos poco a poco

esperando el regreso

de los tuyos, tu sonrisa

tu preciosa sintaxis

y tus azucenas de cinco pétalos.                                    Elisa R. Bach

 

Alfredo era un panadero que trabajaba diariamente unas 12 horas. Tomaba café negro en vaso  de unos 200 ml varias veces al día para mantenerse despierto en su trabajo nocturno. Él se definía a sí mismo como como una persona desquiciada. Era muy nervioso y muy delgado mientras que sus huesos delataban una fuerte constitución.

 

Llegó un día en que no podía tocar un plato, una herramienta, o cualquier cosa debido a una hipersensibilidad en el tacto; como si le dieran calambres al tocar los objetos y delante de los ojos veía una especie de relámpagos. Sus males se curaron con una gota de café diluida en un vaso de agua.

 

Úrsula trabajaba en una ferretería de la que era, junto a su hermano, propietaria del negocio heredado de sus padres. Empleaba muchas horas en el establecimiento comercial y no podía ocuparse demasiado de su hija que era hiperactiva. Normalmente la hija obtenía notas muy bajas en la escuela por lo que Úrsula decidió ponerla en tratamiento homeopático.

 

Al cabo de dos meses la profesora de la niña la llamó para hablar con ella. En la entrevista la maestra le dio la buena noticia de que su hija había mejorado tanto sus calificaciones que no entendía como se había producido aquel milagro.

 

Úrsula salió temblando de la reunión y sus piernas no podían mantenerla en pie. Su temblor era tanto externo como interno. El saber que su hija ya se comportaba como una persona "normal" en clase le había alterado su sistema nervioso. Llamó a su médico homeópata que le aconsejó que se tomara una gota de café diluida en un vaso de agua. Úrsula, con esa gota de café recuperó su habitual aplomo.

 

María, hipertensa desde hacía tiempo, estaba celebrando con su familia el cumpleaños de un hijo suyo en una terraza junto al mar. Tomaron unas cuantas tapas marineras. Luego al compás de las olas del mar disfrutaron de una excelente paella y con las bebidas correspondientes todos saciaron su sed y finalmente todos completaron su opípara comida con un aromático café. De repente María se puso malísima: la tensión se le disparó y su malestar fue curado tomando una gota de café diluida en un vaso de agua.

 

*******************************************************

El café exacerba la sensibilidad de los sentidos, despejándonos por la mañana antes de ir al trabajo aunque, todos lo sabemos, crea nerviosismo, ansiedad, insomnio, dolor de cabeza como si tuviéramos un clavo clavado en el cráneo, etc. Algunos de esos efectos los consideramos positivos porque nos ayudan a estar despiertos en la carretera o para una mayor concentración en el estudio. Así consideramos positivo el aumento de agudeza visual que se produce con la ingesta de café. También valoramos positivamente que el gusto de los alimentos se haga más nítido.

 

Sin embargo ya no nos gusta tanto la hipersensibilidad olfativa porque se nos hace difícil soportar los olores de una cocina o el viajar en un automóvil de un fumador, etc. Tampoco consideramos como positivo no poder dormir a causa de los ruidos de los vecinos… Pues la hiperacusia también se debe al abuso del café.

 

Podríamos resumir diciendo que el café diluido puede curar

 

·        La exaltación de los sentidos

·        Los malos efectos de las buenas noticias

·        El nerviosismo

·        El insomnio

·        La irritabilidad

·        Dolores intolerables

·        Angustia y ansiedad

·        Hipertensión

·        Dolor de oído

·        Acidez de estómago

·        Preventivo de la afonía de los cantantes (mediante enema)

Fwd: TUS MEDICINAS (Nuevo libro en preparación)





Elisa ha terminado de escribir un nuevo libro titulado TUS MEDICINAS. En él explica cómo preparar medicamentos muy potentes a partir de sustancias simples, muy conocidas tales como la sal el café o el vinagre. Aquí teneis el capítulo 1 como muestra de como es el formato y el contenido del libro. Como es costumbre en nuestra web www.homeo-psycho.de se subirá un capítulo cada semana con sus correspondientes versiones en inglés y alemán y posiblemente en italiano y catálan
                                                                                                               Leo. P Hermes

Cap.1 de Tus Medicinas

                                            Tus medicinas

 

 

 

INTRODUCCIÓN.

Este es un libro que pretende lo casi imposible: ser profundo, interesante y no aburrido. En él se trata de llamar la atención sobre remedios sencillos y útiles aplicables en caso de tener algún pequeño problema. Se intenta en él describir como manipular sustancias que, como el café, el vinagre, la leche desnatada o la sal, las tenemos al alcance de la mano en cualquier casa.

Se adjunta también un modesto botiquín de urgencias homeopático que complementa la sencillez de los preparados que en esta obra se describen. Se compone de 50 remedios homeopáticos que cubren, si nos familiarizamos con él, multitud de síntomas y enfermedades sencillas de tratar, sin recurrir a otras terapias agresivas, invasivas y/o tóxicas.

 

Capítulo 1.   SAL COMUN O SAL MARINA:

                           (Natrium muriaticum)

Solitaria y muda la playa,

ceñidas de espuma sus sienes

juega con el agua viendo

como resbala sobre la arena,

fragmento de rocas otoñales.

En la boca reseca, el gusto

de la sal de todos los mares

ahoga el gemido vespertino

y aflora la afonía con el paseo.

 

La sal que dejaron las mareas

de los días al derrumbarse

dosifica el amor y la vida.                             Elisa R. Bach

 

En cierta ocasión Fermín me llamó desde Shangai preguntándome cómo podía librarse de una diarrea persistente que lo tenía postrado en el hotel. Le dije que me describiera todo aquello que tenía en la nevera. El zumo de naranja se hallaba entre las cosas que había en aquella nevera, (como en casi todas las neveras de un hotel). Le dije que mezclara en ese zumo una cucharada de sal y que se lo tomara. La diarrea cedió.

 

Se podía haber usado también una bebida de cola que, en pequeñas dosis, también hubiera ido bien aunque más lentamente.

 

Con la sal podemos fabricar muchos medicamentos basados en su propiedad de absorber agua. Una aplicación importante y muy útil es la preparación de medicamentos contra la deshidratación. Esto merece una pequeña explicación.

 

Hace millones de años –probablemente- la especie de la cual hemos surgido vivía sin ningún problema como "pez en el agua". El mar primigenio tenía una salinidad menor a la actual (unos 100 millones de veces menos). Los ríos y los torrentes fueron depositando, por arrastre, sales minerales al igual que lo hacen ahora hasta aumentar la salinidad de las aguas marinas a un nivel que imposibilitaba la vida de muchas especies.

La existencia de mares tan salados que hacen imposible la vida como el Mar Muerto corrobora esa tendencia por parte de muchas especies a abandonar el medio salino en busca de agua dulce, es decir, menos salada.

 

Multitud de investigaciones y la práctica clínica han mostrado que el equilibrio de los líquidos en el interior de los organismos vivos depende de la sal. Pero si hay exceso de sal malo y si hay déficit, peor. Un desequilibrio en la cantidad y en la distribución de la sal produce múltiples síntomas, enfermedades o síndromes alterando la salud.

 

Muchos signos señalan la alteración del metabolismo de la sal en el organismo y que un experto clínico los descubre sin dificultad, pero mucho antes de que la salud se altere se puede observar una fisura mediana en el labio inferior. Ese signo ya demuestra que empieza a haber sequedad (deshidratación) en las mucosas y en la piel. En ese caso podemos ya proceder a administrar una medicina preparada por nosotros mismos a falta de otros auxilios sanitarios.

La medicina más importante de la vida

 

Se toman 50 granitos de sal común (mejor si es sal marina por su composición iodada) y se introducen en un litro de agua. Se agita bien la botella o envase contenedor del agua y ya está a punto para ser bebida a lo largo del día. Al día siguiente se preparará otro litro de agua y así en días sucesivos. No se debe guardar el agua así preparada más de tres días y siempre en la nevera.

 

El agua de lluvia destilada no es potable si no la sometemos a un tratamiento con sal en la forma indicada (en este caso se ha de diluir una cantidad algo mayor: unos 100 granitos de sal por litro de agua). En Berlín se suele beber el agua del grifo y en consecuencia hay mucha deshidratación entre la población. En Berlín no hay montañas de las que pueda descender el agua mezclada con sales minerales. En Barcelona ocurre lo contrario: el agua que baja desde Los Pirineos ha arrastrado (y diluido en ella) gran cantidad de sales minerales antes de llegar al mar.

¿Qué podemos curar con la sal preparada de esa manera?

Problemas de desnutrición y adelgazamiento (de la parte alta del   cuerpo) a pesar de un apetito voraz.

·         Deshidratación a pesar de una intensa sed y deseo de sal.

·         Psiquismo hiperemotivo: depresión agravada por el consuelo. Rehuye los contactos humanos (se acepta bien un animal de compañía).

·         Edemas localizados y limitados: párpados, dedos, maléolos.

·         Frilosidad, sobre todo de las extremidades con aversión al calor.

·         Enfermedades que sobrevienen a la orilla del mar y sobre todo al retorno de un día de playa.

·         Anemia, después de pérdida hídrica en sujetos pálidos y delgados (hematíes dendríticos –ramificados-)

·         Leucopenia medicamentosa: Quimioterapia.

·         Diabetes insípida: polidipsia, poliúrica, adelgazamiento.

·         Enfermedades del bazo, de órganos hematopoyéticos.

·         Sintomatología después de absorción masiva de quinina; secuelas del paludismo.

·         Cefalea pulsante; como un clavo; con lagrimeo; por exceso de calor.

·         Cefalea y migraña de los estudiantes.

·         Visión de destellos, rayos.

·         Neuralgias faciales; del trigémino o d'Arnold.

                           SAL DE GLAUBER

        (Sulfato sódico o Natrium sulfuricum)

Me lavé los dientes  con sal de Glauber

después de blanquearlos bajé a la playa.

No tenía ganas de volver al Hospital.

Sin saber a dónde iba me senté en la arena,

mi mirada se fijó en el horizonte;

 

las luces rojas del cielo se encendieron,

 

incorporada lentamente y con los pies

rozando el agua cálida de julio

de aquel verano cobalto, anduve

durante algunos minutos.

Vestida con una falda azul,

 

una blusa blanca y vambas rojas

me introduje en el mar como una Alfonsina Storni

o una mítica Virginia Woolf

a pesar de que era ya muy tarde.

Las luces de los pescadores ya flotaban

en el concurrido mar y en el agua

 

se quemaban las preguntas y sus silencios extraños.

 

Nadando alcancé la boya roja, 

la que se esconde como el sol,

pensativa, al otro lado de las barcas.

Cerca ya de la línea del horizonte,

solitaria y perdida en el crepúsculo,

 

adentrada ya en un pleno mar de destinos,

 

sintiendo la inquietud que conmueve

como adentrarse en un poema

o en una larga noche de amor desconocido.

Con la angustia de saber que allí el mar

era profundo como ojos negros,

 

me estremecí al verla de pronto sobre las aguas.

 

Una mujer mayor, de cansada belleza

y el pelo blanco recogido, se me acercaba

nadando con brazadas serenas.

Su rostro reflejaba familiaridad;

parecía venir de algún yate cercano.

Cruzándose conmigo se detuvo un momento

 

mirándome a los ojos: No he venido a buscarte

-dijo- sólo voy de paso hacia aguas más frías.

Me despertó el calor, un rumor de voces

y el ruido de una moto que cruzaba la calle

con precaución para no atropellar a nadie.

 

Era ya media mañana, el cielo estaba limpio,

 

sin nubes, con el aire en calma,

el sol estaba ya muy alto y el calor resbalaba

sobre la piel como sobre un mástil en agosto.

Bajé a desayunar a la terraza de un bar

contemplando aún aturdida

 

la bulliciosa gente del paseo marítimo.

 

El mar parecía una balsa,

estaba infestado de bañistas

 

y en la ardiente arena

cientos de cuerpos desnudos

yacían tostándose bajo el sol.

 

En la portada del periódico local

el nombre de la ahogada no era el mío.                       Elisa R. Bach

Historias divertidas y chistes se regalaban todas las noches junto a las playas de la Costa Brava, como en otras épocas, en la década de los 70. Era una época optimista en la que los campistas se desvivían por llevar el buen humor a todos. Acogedoramente también se trataba a los turistas extranjeros. La gente estaba ávida de conocer y compartir la vida de todos.

En una de esas noches del verano del 76, cuando el frescor de la noche empezaba a acariciar las ardientes pieles tostadas, los campistas se iban acercando al pequeño núcleo que se distinguía por las risas que contagiaban la atmósfera de aquel rincón del camping. Antes de comenzar la Tertulia del Buen Humor alguien preguntó a una doctora qué podía hacer para curar su maltrecha dentadura. La respuesta fue sencilla y tajante: el mejor dentífrico es el agua de mar (agua con sal). A partir de aquella noche todos los campistas se lavaban los dientes en el mar. 

La doctora amplió la información a todos aquellos que con curiosidad preguntaban si eran buenas otras sales. Realmente allí se desaconsejó con vehemencia el uso del bicarbonato sódico pues amarilleaba los dientes y también la sal de Glauber (sulfato sódico) para blanquearlos debido a sus efectos tóxicos (diarreas, etc.).

TUS MEDICINAS (Nuevo libro en preparación)

Elisa ha terminado de escribir un nuevo libro titulado TUS MEDICINAS. En él explica cómo preparar medicamentos muy potentes a partir de sustancias simples, muy conocidas tales como la sal el café o el vinagre. Aquí teneis el capítulo 1 como muestra de como es el formato y el contenido del libro. Como es costumbre en nuestra web www.homeo-psycho.de se subirá un capítulo cada semana con sus correspondientes versiones en inglés y alemán y posiblemente en italiano y catálan
                                                                                                               Leo. P Hermes