EL DESEO DESTRUIDO POR EL EXISTENCIALISMO
No llueve
y la luna ilumina una cara del mundo. De la misma forma el ser es la cara opuesta al parecer, a la caída.
Los querubines no hablan
detrás de nuestro satélite natural.
Así que nunca podrás ser
lo que deberías ser pues tu intelecto transforma el ardor de tu esencia en una heladita de otoño para que como racimo te endulce el poema y la lengua.
Sin embargo, a veces, sola,
sola, sin los ángeles Tronos, sin otras criaturas, sin tinieblas y días, tu aliento de santa, plenamente vivo, sabe cómo carecer de límite.
Destruye el deseo
antes de ser destruido por el sufrimiento.
Sí sí. Ya lo sé.
Lo perdiste todo, besada por él. Te dejó en manos de los rudos mitos.
Más todo lo que te adorna,
vuelves a encontrarlo si le besas.
Johann R. Bach
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