29 nov 2018

Poema de la novela "Sales amoniacales, Muscarina y Tinta de Sepia"

ITINERARIO DE VIUDA
  
 

¿Es que las viudas
-esmeraldas fracturadas-
están ciegas durante la tarde?

No -responden sus amantes-,
sólo se echan sobre sí
la sábana del aire caliente.

Ellas, versos de otra primavera,
han entrado en la etapa exacta
de releer el mundo entre líneas.

Son como un verano
en el que todo está inmóvil
bajo un cielo en desorden.

Avanzan en las playas
con el agua hasta las rodillas
para volverse hacia otro sol.

Su abatimiento, lleno de intranquilidad
e insinuación, va como la luna:
del olivo al mármol, del mármol al olivo

itinerario
del deseo oceánico al beso
el junio del trigo.

Resbala el aire por sus mejillas
de ángeles que fueron y serán.
Todo es rumor de ruegos y de amores.

                                                       Hermes

Curioso concepto el de Hermes
sobre las viudas -generoso al tratarlas a todas por igual-, del cual, por lo menos, puedo decir que era peculiar y original al describirlas como "esmeraldas fracturadas" y "versos de otra primavera"… o de "verano bajo un cielo en desorden" y calificando su beso como "el junio del trigo".
                                                        Blau

27 nov 2018

Llueve y la tarde cae como un párpado…, lentísima.


UNA PÁGINA DE SURREALISMO LIGERO

Oí cómo gritaba el jefe del pelotón:
¡Aquí no se salva ni Dios!
Pero no lograron fusilarlo.
Gila y su dios sobrevivieron.

El Ángel Montserrat le dijo a su chófer:
de buena gana me cambiaría por un ángel de los de antes de la tierra, cuando aún no se pagaban impuestos.

Doctor, vengo a verle porque el dolor
va como Pedro por su casa y por mi cuerpo.

… la noche olía a noche doméstica y humilde,
a noche como Dios manda.

… llegó cansado a su casa el carpintero…
y colgó el vuelo de las alas en la rama.

Saliendo de la iglesia le dije:
Tú tendrás que hacer y yo te estoy entreteniendo… No es preciso que me acompañes, volveré a casa a pie pues tengo ganas de dar un paseo. Hasta la vista Mi Dios o como se dice ahora "See you later My Got".

Le dije a la beata de mi vecina:
Tú que hablas a menudo con Él dile que nos envíe un poco de lluvia… es por la contaminación ¿sabes? Si no tiene inconveniente, claro.

Llovía bastante cuando fue
a colocar un ramo de flores a su querido montoncito de huesos y volvió afligida porque una gotera terca de destrucción caía sobre él.

Llueve. La tarde cae como un párpado…, lentísima.
Me siento como un hatillo de carne junto a la ventana.

Rezando estaba la triviuda
en el cementerio cuando oyó el crujir de un ataúd al cambiarlo de nicho como cama de pobre en medio del espasmo de la cópula…

                                                              Johann R. Bach

Fragmento



JUGANDO CON LOS DEDOS

¿Sabes amor?
Hoy me he despertado contenta porque ayer me levantó el ánimo el paseo que di por el parque.

El dolor de mis rodillas,
sobre todo el de la derecha -dicen que el dolor de la rodilla derecha es el de las viudas- había disminuido y me encontraba, a pesar de estar el día nublado, un tanto alegre… caminaba con una prisa distinta…

Me detuve junto al estanque
en el que se hallaban detenidos, por alguna razón oculta, los cisnes. Me senté en un banco, pero casi inmediatamente me puse en pie y caminé bajo aquella bóveda incierta de nubes reflejadas en el estanque y me puse a pensar un poco en esta nueva etapa de vida que he comenzado… ya recuperada en parte… no sin temor…

El día se iba aclarando poco a poco
y los relámpagos parecían alejarse. Miraba la quietud del agua y la veía como una tela de seda cosida al paisaje cuando en voz baja, como recordando escenas en las que inclinada sobre tu rostro coloreado por los rayos que caían del prisma de las grandes nubes, te decía:

"Escucha los rumores ligeros de la orilla
chapoteada por los patos y respira los olores acaso de ajedrea o albahaca, da igual, pues sé que tú conoces el nombre de muchas plantas y reconoces en ellas su misteriosa alma y sabes ver en el paisaje como se llena de rosa, con un rosa de oro surgido de entre dos nubes…"

Me miré los dedos
y jugué a abrirlos y cerrarlos y vi un pájaro vacilar dando saltitos lógicos -según Darwin- como buscando alguna ramita para su nido.

A lo lejos seguía rugiendo el trueno, originando torbellinos de color, tal y como figuran en los cuadros de los pintores. Luego regresé a casa, el dolor de la rodilla derecha ya había desaparecido casi por completo.

Por la noche volví a sentir tu mano
que se aventuraba, en la oscuridad, torpemente hacia abajo… hacia mi bajo vientre… y vi tu rostro inclinado sobre el mío, a pesar de ser consciente de tu ausencia.

Hasta en eso eras humilde por simple orgullo,
consentiste en no ser para los demás sino un espejo cuyo azogue gastado que filtrara el cielo. Todos, incluso tus padres, habrán de ver que el cielo estuvo contigo en su color más rojo a través de las frondas de la tarde, cuando el arrullo de las palomas se oscurece.

A veces me pregunto
si fue en un tiempo anterior o posterior a aquel día que atravesaste  la Verja de Hierro Forjado cuando (Él) arrancó la caña, tocó el rumor, puso el sonido del arpa de boca en mis sienes e introdujo en mi vida dolor y esperanza. Me imagino que tras lo cual continuaste tu vagabundeo por la eternidad… porque no irás a decirme que has perdido tu interés por los juegos de luces y sombras de las viudas afligidas…

                                                                                                  Johann R. Bach