4 may 2012

Un poema de Elisa R. Bach ( www.homeo-psycho.de ) EL COLOR DEL AIRE Y LA PIEL

EL COLOR DEL AIRE Y LA PIEL

 

Asombrosa la elasticidad

con que el aire asume la distancia,

preludia una tensión

hacia los cuatro puntos cardinales

que adelgaza los volúmenes y los

 

hace dudar por fin en estallido

 

que limita contornos y define lo visible;

luz sin forma aún, luego es esfera

de color, dependiendo de múltiples parámetros

como el gradiente de temperaturas y presión;

y si define en luz, no tiene nombre

 

a excepción de alguna triza llamada Arco Iris.

 

Como muchas formas que surgen en el aire,

y son sépalos duros las unas

o un estrépito de alas silenciosas

que aturden y son sólo en la quietud

un color único resultante de

 

una composición de magentas, azules y amarillos;

 

o si se prefiere la definición poética:

como un plato elíptico abarrotado

de granadas y membrillos orlado con azucenas.

Tampoco se queda fuera de la ecuación

la variable del Sol como su maza erguido,

 

que centellea y falsea las piedras

 

en que desploma su enorme mole de tentáculos

y las estrías de su diente.

Los antiguos griegos

denominaron al Sol como Helios,

hombre con cabeza de halcón

 

o de carnero, tocado con un disco solar y aureo.

 

En el espacio exterior,

donde todo fluye y  sólo las distancias

geométricas de minkowski tienen sentido

no hay ocaso, ni bestias boreales en donde

el mar parece no reposar ni ser mar ni tener fin.

 

El mar es un color al que la piel se entrega.

 

Mucho antes de que los ordenadores lo dijeran

los antiguos matemáticos,

mucho antes de la era de Eratóstenes

definieron como innumerables,

no distintos de sus cuerpos: escalas de color

 

como teoría de las formas vivientes irrepetidas

                                                                    siempre;

 

porque no significan -decían-, más que color y bulto

evolucionando en la eternidad: no le dieron

nombre y esa ausencia es el fasto

al que la piel se expone. Los sonidos son correlatos

–justificaron- de esa ausencia como es

 

el color y el roce de la mano al que la piel se entrega.

                                                      Elisa R. Bach
                                            www.homeo-psycho.de

 

 

3 may 2012

MANUAL DE LA SOLEDAD de Leo P. Hermes (www.homeo-psycho.de) EL NOMBRE DE CADA COSA

EL NOMBRE DE CADA COSA

 

 

Ya no bastan cuatro frases hechas,

copiadas de antiguos comediantes,

ya no tenemos quince años

saliendo de los sueños de la infancia.

Dentro de las bocas cerradas

 

en la amarilla llama del mediodía

 

-cuando callan las estatuas

y los mitos aceptan-

las voces se agitan al principio,

pura, tranquilamente

y después atronadora y rápidamente

 

en la callejuela junto al bulevar,

 

descubren de pronto los eternos secretos

a veces -con naturalidad-

son terribles y temibles

como cárceles y otras veces de nuevo

como cárceles de cristal otra vez y

 

como caricias de lejanos y finos dedos

 

y llaman a cada cosa por su nombre

llaman al agua de la fuente, boca;

a los negros y altos árboles, olvido;

a la noche entre las rieras,

cordón umbilical;

 

llaman a los ojos llorosos, "amiga";

 

a los frescos labios rojos, hojas;

a los dientes amorosos, pesadilla;

a los purpúreos lechos de amor, abismos;

a las negras aguas del puerto, lámpara;

y llaman a las anclas enmohecidas, treno

                                                     del sueño;

 

Ponen alas de colores, a la triste mirada

                                             de Sylvia Plath;

 

en las manos de Virginia Wolf ponen abanicos,

desgarran  sus encendidas faldas,

adornan sus cabezas con encajes

muy delicados (en el pecho

de Quirón clavan banderas);

 

echan en el caos de los oráculos, sangre

 

y vuelven a llamar a las palmeras tizones;

Se detienen con sollozos

en la palabra martillo;

llaman silencio a la palabra puerta;

al sueño dicen, música en las sienes;

 

y, llaman bosque en la noche a mi corazón.

 

ya no bastan cuatro frases hechas

copiadas de antiguos comediantes;

ya no tenemos quince años saliendo

de los sueños de la infancia; necesitamos

palabras, (resbalando sobre pelo de sirena)

 

que pasen murmurando el agua, como peine.

 

                                            Leo P. Hermes
                                  www.homeo-psycho.de

2 may 2012

Un poema de Elisa R. Bach (www.homeo-psycho.de) UNA TERCERA VELA ANTE TUS OJOS

UNA TERCERA VELA ANTE TUS OJOS

 

Te miró a los ojos y escribió

lo que son:

Una encantadora falta de simetría.

Tú sabes sólo por los hombres

lo que son tus labios

 

y no precisamente por los hombres

                               que se miran en el espejo

 

cuando oscurece,

y no precisamente en el momento

en que se para el reloj y la cerveza se acaba

y los árboles copulan con el viento

de una primavera cargada de lluvia.

 

Tú lo supiste en una inesperada noche,

 

sentada en una sencilla barra de un bar

donde sólo una amiga italiana como testigo

puede recordarte, cómo explotó tu risa

resonando como notas de Carmina Burana;

cómo tus dientes comenzaron a rechinar

 

y la alegría volvió a asentarse en tus hombros.

 

No preguntaste siquiera si él estaba casado

o emparejado con otra,

pero lo de los ojos te lo dijo

como si los dos estuvierais en un lugar sin retorno,

como si los dos hubierais perdido vuestra infancia

 

y sellaste tu entrega con un porcelanoso beso.

 

Pasaste por un estado de esos

en que uno no sabe ni siquiera qué día es…

Hacía mucho que no te liberabas

de la corteza de tu espalda

ni tus párpados se decidían a permitirte

 

ver un mundo –el mejor de todos- que merece ser vivido.

 

Ahora una huella fresca en tu pecho, una hora

después de cada medianoche, te recuerda…

como el gallo canta… ¡Como te ayuda y tranquiliza

tus miedos nocturnos, cuando precisamente

una tercera vela que tienes delante es sólo

 

la repetición de las dos que ya han ardido!

                                                 Elisa R. Bach
                                        www.homeo-psycho.de

29 abr 2012

NERVIOSISMO AL RECIBIR MALAS NOTICIAS. Cap 3 de "TUS MEDICINAS" original de Elisa R. Bach (www.homeo-psycho.de)

Capítulo 3.                    EL CAFÉ

                                 (Coffea cruda)

 

Aroma de café y risas

 

 En Gràcia, esta medianoche en la plaza,

 todo pasa

 según lo que habíamos previsto:

 La vida late en el reloj solitario

 de mi estudio y en esta página,

 

que me hace compañía este sábado,

 

por donde se me deslizan los dedos;

imprime, mientras las notas

del teclado rompen el denso silencio.

Respiro profundamente,

miro por la ventana, admiro, aspiro,

 

la perfecta disposición de las estrellas en el cielo:

 

(recuerdo a mi madre, mirando las estrellas)

y algo más cercano aún y más sutil

sumergido entre las sombras

y que penetra la soledad

fría, delicada como una música de piano,

 

y un ruido de terrazas, con gente feliz

 

y ausente de donde me llega

un elástico fluido y el aroma de café

envueltos en risas y humo de tabaco.

A través de los claros de los árboles

los hilos blancos chorrean plata

 

dejando tras de sí huellas brillantes

 

y proyectan sombras chinescas

en las paredes llenas de cuadros

que todo lo saben, y ... callan.

Así mismo vuelven a mi mente

pensamientos que me traen

 

la memoria de alegres cenas

 

llenas de tu presencia.

Cierro los ojos poco a poco

esperando el regreso

de los tuyos, tu sonrisa

tu preciosa sintaxis

y tus azucenas de cinco pétalos.                                    Elisa R. Bach

 

Alfredo era un panadero que trabajaba diariamente unas 12 horas. Tomaba café negro en vaso  de unos 200 ml varias veces al día para mantenerse despierto en su trabajo nocturno. Él se definía a sí mismo como como una persona desquiciada. Era muy nervioso y muy delgado mientras que sus huesos delataban una fuerte constitución.

 

Llegó un día en que no podía tocar un plato, una herramienta, o cualquier cosa debido a una hipersensibilidad en el tacto; como si le dieran calambres al tocar los objetos y delante de los ojos veía una especie de relámpagos. Sus males se curaron con una gota de café diluida en un vaso de agua.

 

 

Úrsula trabajaba en una ferretería de la que era, junto a su hermano, propietaria del negocio heredado de sus padres. Empleaba muchas horas en el establecimiento comercial y no podía ocuparse demasiado de su hija que era hiperactiva. Normalmente la hija obtenía notas muy bajas en la escuela por lo que Úrsula decidió ponerla en tratamiento homeopático.

 

Al cabo de dos meses la profesora de la niña la llamó para hablar con ella. En la entrevista la maestra le dio la buena noticia de que su hija había mejorado tanto sus calificaciones que no entendía como se había producido aquel milagro.

 

Úrsula salió temblando de la reunión y sus piernas no podían mantenerla en pie. Su temblor era tanto externo como interno. El saber que su hija ya se comportaba como una persona "normal" en clase le había alterado su sistema nervioso. Llamó a su médico homeópata que le aconsejó que se tomara una gota de café diluida en un vaso de agua. Úrsula, con esa gota de café recuperó su habitual aplomo.

 

María, hipertensa desde hacía tiempo, estaba celebrando con su familia el cumpleaños de un hijo suyo en una terraza junto al mar. Tomaron unas cuantas tapas marineras. Luego al compás de las olas del mar disfrutaron de una excelente paella y con las bebidas correspondientes todos saciaron su sed y finalmente todos completaron su opípara comida con un aromático café. De repente María se puso malísima: la tensión se le disparó y su malestar fue curado tomando una gota de café diluida en un vaso de agua.

 

**************************************************************

 

El café exacerba la sensibilidad de los sentidos, despejándonos por la mañana antes de ir al trabajo aunque, todos lo sabemos, crea nerviosismo, ansiedad, insomnio, dolor de cabeza como si tuviéramos un clavo clavado en el cráneo, etc.

Algunos de esos efectos los consideramos positivos porque nos ayudan a estar despiertos en la carretera o para una mayor concentración en el estudio. Así consideramos positivo el aumento de agudeza visual que se produce con la ingesta de café. También valoramos positivamente que el gusto de los alimentos se haga más nítido.

 

Sin embargo ya no nos gusta tanto la hipersensibilidad olfativa porque se nos hace difícil soportar los olores de una cocina o el viajar en un automóvil de un fumador, etc. Tampoco consideramos como positivo no poder dormir a causa de los ruidos de los vecinos… Pues la hiperacusia también se debe al abuso del café.

 

Podríamos resumir diciendo que el café diluido puede curar

 

              La exaltación de los sentidos

              Los malos efectos de las buenas noticias

              El nerviosismo

              El insomnio

              La irritabilidad

              Dolores intolerables

              Angustia y ansiedad

              Hipertensión

              Dolor de oído

              Acidez de estómago

              Preventivo de la afonía de los cantantes (mediante enema)

 

                                                     Elisa R. Bach

                                    www.homeo-psycho.de

 

 

 

 

 

EL CAFE COMO SOLUCIÓN AL NERVIOSISMOS POR BUENAS NOTICIAS. Del libro TUS MEDICINAS" DE Elisa R. Bach www.homeo-psycho.de

Leer el capítulo 50 de NIÑOS A LA DERIVA  en la web homeo-psycho.de COFFEA CRUDA  un gran remedio para el nerviosismo al recibir buenas noticias

NERVIOSISMO AL RECIBIR BUENAS NOTICIAS

Capítulo 3.                    EL CAFÉ

                                 (Coffea cruda)

 

Aroma de café y risas

 

 En Gràcia, esta medianoche en la plaza,

 todo pasa

 según lo que habíamos previsto:

 La vida late en el reloj solitario

 de mi estudio y en esta página,

 

que me hace compañía este sábado,

 

por donde se me deslizan los dedos;

imprime, mientras las notas

del teclado rompen el denso silencio.

Respiro profundamente,

miro por la ventana, admiro, aspiro,

 

la perfecta disposición de las estrellas en el cielo:

 

(recuerdo a mi madre, mirando las estrellas)

y algo más cercano aún y más sutil

sumergido entre las sombras

y que penetra la soledad

fría, delicada como una música de piano,

 

y un ruido de terrazas, con gente feliz

 

y ausente de donde me llega

un elástico fluido y el aroma de café

envueltos en risas y humo de tabaco.

A través de los claros de los árboles

los hilos blancos chorrean plata

 

dejando tras de sí huellas brillantes

 

y proyectan sombras chinescas

en las paredes llenas de cuadros

que todo lo saben, y ... callan.

Así mismo vuelven a mi mente

pensamientos que me traen

 

la memoria de alegres cenas

 

llenas de tu presencia.

Cierro los ojos poco a poco

esperando el regreso

de los tuyos, tu sonrisa

tu preciosa sintaxis

y tus azucenas de cinco pétalos.                                    Elisa R. Bach

 

Alfredo era un panadero que trabajaba diariamente unas 12 horas. Tomaba café negro en vaso  de unos 200 ml varias veces al día para mantenerse despierto en su trabajo nocturno. Él se definía a sí mismo como como una persona desquiciada. Era muy nervioso y muy delgado mientras que sus huesos delataban una fuerte constitución.

 

Llegó un día en que no podía tocar un plato, una herramienta, o cualquier cosa debido a una hipersensibilidad en el tacto; como si le dieran calambres al tocar los objetos y delante de los ojos veía una especie de relámpagos. Sus males se curaron con una gota de café diluida en un vaso de agua.

 

 

Úrsula trabajaba en una ferretería de la que era, junto a su hermano, propietaria del negocio heredado de sus padres. Empleaba muchas horas en el establecimiento comercial y no podía ocuparse demasiado de su hija que era hiperactiva. Normalmente la hija obtenía notas muy bajas en la escuela por lo que Úrsula decidió ponerla en tratamiento homeopático.

 

Al cabo de dos meses la profesora de la niña la llamó para hablar con ella. En la entrevista la maestra le dio la buena noticia de que su hija había mejorado tanto sus calificaciones que no entendía como se había producido aquel milagro.

 

Úrsula salió temblando de la reunión y sus piernas no podían mantenerla en pie. Su temblor era tanto externo como interno. El saber que su hija ya se comportaba como una persona "normal" en clase le había alterado su sistema nervioso. Llamó a su médico homeópata que le aconsejó que se tomara una gota de café diluida en un vaso de agua. Úrsula, con esa gota de café recuperó su habitual aplomo.

 

María, hipertensa desde hacía tiempo, estaba celebrando con su familia el cumpleaños de un hijo suyo en una terraza junto al mar. Tomaron unas cuantas tapas marineras. Luego al compás de las olas del mar disfrutaron de una excelente paella y con las bebidas correspondientes todos saciaron su sed y finalmente todos completaron su opípara comida con un aromático café. De repente María se puso malísima: la tensión se le disparó y su malestar fue curado tomando una gota de café diluida en un vaso de agua.

 

**************************************************************

 

El café exacerba la sensibilidad de los sentidos, despejándonos por la mañana antes de ir al trabajo aunque, todos lo sabemos, crea nerviosismo, ansiedad, insomnio, dolor de cabeza como si tuviéramos un clavo clavado en el cráneo, etc.

Algunos de esos efectos los consideramos positivos porque nos ayudan a estar despiertos en la carretera o para una mayor concentración en el estudio. Así consideramos positivo el aumento de agudeza visual que se produce con la ingesta de café. También valoramos positivamente que el gusto de los alimentos se haga más nítido.

 

Sin embargo ya no nos gusta tanto la hipersensibilidad olfativa porque se nos hace difícil soportar los olores de una cocina o el viajar en un automóvil de un fumador, etc. Tampoco consideramos como positivo no poder dormir a causa de los ruidos de los vecinos… Pues la hiperacusia también se debe al abuso del café.

 

Podríamos resumir diciendo que el café diluido puede curar

 

              La exaltación de los sentidos

              Los malos efectos de las buenas noticias

              El nerviosismo

              El insomnio

              La irritabilidad

              Dolores intolerables

              Angustia y ansiedad

              Hipertensión

              Dolor de oído

              Acidez de estómago

              Preventivo de la afonía de los cantantes (mediante enema)