6 sept 2013

Tu Seraphine Louis todavia vive (ver en Youtube)

  LOS SERAFINES ATRAVIESAN LOS OCÉANOS

 

Hace ya algunos días leí un relato

de Mary García que no conocía.

 

Llevaba un nombre que evoca a un ángel: Seraphine.

Sus pinturas son un auténtico continente, te transportan a lugares donde no has estado nunca.

 

Si admitimos que existe una pintura atemporal,

tu Seraphine Louis todavía vive, aunque no fue feliz en sus pequeños paseos bajo un total incógnito por calles llenas de gentes apresuradas que no reparaban en ella.

 

Abrumado por tu historia Mary García

busqué en ese enorme baúl llamado Google algún video sobre la obra de Seraphine y para mi sorpresa en Youtube está expuesta su obra acompañada de una música de serafines.

 

No hace mucho me pareció verla

en un desfile de dioses y ahora debo rectificar esa imagen, pues al parecer Seraphine, en un su personalidad terrenal no tenía tiempo de salir a la calle a comprar un ramo de flores que le sirviera de modelo para sus pinturas.

 

Utilizando la teoría matemática de fractales,

con un solo racimo de uvas reconstruía el universo. Según parece desprenderse de tu relato Mary García, Seraphine Louis nunca vio el mar; en sus pinturas el amor anhelado tenía una gran potencia que sólo se aliviaba con la cisión de su pequeña virgen sobre la chimenea.

 

Seraphine Louis, por lo que das a entender,

nunca se encontró con una masa de agua que los demás mortales denominamos mar. Eso es responsabilidad mía y de imaginación, de mi cosecha, de mi experiencia como escritor sobre los campos de alfalfa.

 

El monte que dominaba esa aversión

de Seraphine Louis a conocer a personas extrañas era como El Carmelo, lleno de vibraciones misteriosas como la luz de sus pintura. Era como una ola gigantesca floral en la que se revolcaba noche tras noche.

 

No sabía qué pensar

de un mundo que le era extraño y de la masa de colores que a modo de marea en movimiento saciaba su sed de sexo masculino y la sumergía en una vida con un recogimiento monacal en su pequeña habitación, sobre cuya chimenea siempre ardía una eterna luz a la Virgen Pequeña.

 

 Alejada, con mirada ardiente y oscura

sobre su pálido rostro Seraphine Louis, pintaba en una especie de trance, fractal tras fractal, como jardinero místico, los flamantes ramilletes tras los cuales se ocultaba la tentación de todo lo sagrado: la promiscuidad con los mortales y su inagotable sexualidad.

 

En medio de plantas carnales

con frutos rodeados de pestañas, ornamentos foliáceos hechos de suntuosas plumas delicadamente coloreadas, en cuyo resplandeciente nervio se abren ojos, todo conducía en ella a una expresión irreprimible de su sexualidad.

 

Esa extraña malla de susurrantes

y concupiscentes ramajes con sartas de perlas compuestas por bayas del arbusto de la ternura, y umbelas estrelladas del jardín de los placeres como una heredera auténtica de la inspiración de El  Bosco buscaba en la soledad de su habitación llenar de flores su existencia.

 

No sé qué pensar de su residencia,

en modo permanente, bajo esa atmósfera de colores en una habitación de veinticuatro metros cuadrados como un espacio de confinamiento de un ángel al que por su afición a la pintura fue condenado.

 

Sólo puedo decir que tú,

Mary García, con tu lanzamiento al éter de Seraphine Louis ese ángel que flotando vivo, hoy en los cielos oceánicos, con una estela de brillantes estrellas atraviesas los mares y llenas de gozo nuestras vidas.

 

Gracias, gracias, Mary García.

 

                                                                              Johann R. Bach

 

Os recomendamos este excelente trabajo de Mary García al que podéis acceder clicando en el link adjunto

 

http://cerebroefectivo13.blogspot.com/2013/08/neurologia-y-arteseraphine-louis.html

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario