VERANOS DE BROMUM EN SÒLLER
Recuerdo que nos hablabas
de amores y de tristezas, de versos de poetas que en secreto admirabas.
Los ojos se te encendían
cuando íbamos a tu roca preferida; entonces no lo comprendímos, pero las historias que explicabas y que nos llenaban las tardes nunca supimos si eran imaginadas, leídas o vividas.
Eras una mujer de agua.
Frágil y tierna, tuyas eran las horas, tuyos los largos abrazos, tuyos los recuerdos del invierno y la sombra de una mirada triste cuando el poniente moría, y sé que
nos querías mucho más
de lo que creíamos, y que tu amor era como ahora son los corazones que te lloran en la distancia.
Ahora estás en otro mar, es cierto,
pero tu frescura sigue aquí entre estas rocas que tuvieron el privilegio de tu presencia, tus palabras como rosas sobre ellas, y tus pensamientos llenos de música.
Cuando llega el verano
nos preguntamos ¿dónde estás que ya no vuelves? Hemos decidido que cada año, mientras viva alguno de nosotros, tendrás tu poema y una rosa roja frente a la roca que fue como tu casa donde sanabas tus tristezas del invierno.
Johann R. Bach
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