SÓLO EL CIELO ES IRRITABLE
Así es el tiempo:
todo se lo permite, insolente y amenazador como en el momento en que murió Aquiles.
Eolo se deshizo de su corsé,
se alió con Poseidón y comenzó sus correrías destruyendo los algodones del cielo y creando destructivos torbellinos.
Cuándo aprenderemos los mortales
que sólo el cielo tiene derecho a ser irritable, imprudente y se hace de lado a nuestras afrentas
que comparte con conciencia
todo lo que todavía no somos y somos, para que seamos del todo.
Johann R. Bach
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