ALGODONES EN EL CIELO
A menudo tus ojos flotan
entre los algodones del cielo; a veces cedes terreno a sus blancos pensamientos; tus labios se mueven: sonríes.
Cuando esas cabelleras se enfadan
oscurecen sus semblantes, se sitúan delante del sol como protesta entristeciendo a las caléndulas y a otras sensibles plantas y corazones; amenazan con descargar su ira lanzando contra tierras y mares grueso granizo destructivo.
A menudo somos nosotros
los que rechazamos su cariño protector de ultravioletas pensamientos; entonces sueltan sus finas lágrimas para mostrarnos su dulzura.
En invierno, aprovechando
que el sol está en baja forma y le cuesta levantarse, entre descuido y descuido, haciéndonos un guiño, nos prestan temporalmente sus algodones, alegría de trineos y paisajes.
A menudo tus ojos flotan
entre algodones del cielo y a veces entre fragmentos blancos en altas cumbres, en horizontes sin bosques y a veces entre sus ramas y claros. Y es que a ti te gusta soñar hasta estando despierta.
Johann R. Bach
No hay comentarios:
Publicar un comentario