DE ARBOL EN ARBOL
Me he atrevido a soñar
que aún podía haber una sonrisa esperándome. ¡pobre ilusa! Me he entregado a una nube y haces que me sienta ridícula.
He aterrizado solemnemente
en este precioso barrio que se esfuerza por ser acogedor,-se perfuma el aire y el francés se cultiva como los buenos modales- donde todo se prepara para fiestas sociales.
Aun así el bosque ciudadano
está lleno de refugios solitarios preparados también para recibir al agotado pájaro que vuelve porque llueve y la tarde cae y llega a su casa, al árbol.
Cuando se quita el vuelo de las alas
como ángel caído, lo cuelga en la rama. Él, que tanto fue y vino de aire en aire; él, que no espera de la tierra ni una vuelta de más o de menos alrededor del sol y no pide ya nada.
Cuando retorna a su silencio
de leñador sin bosque y guarda el hacha, el hacha errante de sus plumas
y su canto, con la esperanza que las demás criaturas solitarias respeten también su reposo.
Ya no le queda ahora más faena
sino afrontar la noche de negra tinta solitaria, hasta que de la sombra vuelva el día con la imagen de su amada y su ávido milagro.
Johann R. Bach
No hay comentarios:
Publicar un comentario