30 may 2013

EL RECHAZO A LA SOLEDAD Y A LA COMPAÑÍA

El rechazo a la soledad  de  Arsenicum album

 

El rechazo a la compañía de

la solitaria Kalium carbonicum

 

En Baumschulenweg hay una relojería

que es más taller que tienda. Allí su propietario Jens pasa jornadas interminables, sin clientes, poniendo en orden todo el ya ordenado taller.

 

Es un maniático de la limpieza

y del vestir cuidado. Pasa revista a cualquier detalle del taller una y otra vez. Cuando entra algún cliente se desvive por atenderlo.

 

Es un hombre delgado

con la piel muy blanca. Sus ojos parecen asustados, sus cejas producen caspa continua e inevitablemente, cosa que molesta mucho a Jens porque le frustra su pulcritud.

 

Es friolero y se queja

del clima de Berlín. Tiene la piel seca y su olor explica sus temores. Es un olor nauseabundo, como a cadáver. Toda la tienda tiene su mismo olor. Él no lo nota.

 

Su carácter quisquilloso

mejoraba sustancialmente en verano y se tornaba más tolerante, de forma que hasta llegaba a proponer ir al cine los jueves por la noche… porque era el día barato…

 

Ayer me encontré a su mujer

en el Veracruz, el bar mexicano de Elsenstrasse, tomando un café. Me confesó que estaba dejando pasar el tiempo y que cuando dejaba la tienda sentía placer incluso observando el tráfico parada frente al semáforo.

 

Su marido Jens,

la agobiaba con su manía con la limpieza y el orden, la obligaba a hacer una dieta vegetariana porque la carne le originaba náuseas y diarreas.

 

En casa Jens no le daba un minuto de respiro.

Jens le daba órdenes a su mujer continuamente, sólo la dejaba tranquila cuando atendía a algún cliente. No puede estar solo, me decía ella suspirando.

 

Para Jens la religión lo era todo.

Predecía la hora de su muerte; sólo el sexo se escapaba de ese círculo de ideas. Su libido parecía no tener límites, pero Charlotte no soportaba las relaciones sexuales sin cariño y, a menudo le entraban ganas de vomitar cuando Jens la penetraba. Jens era tacaño hasta para regalar caricias.

 

Contaba a menudo el dinero

de la caja, tenía los extractos de las cuentas bancarias en el primer cajón de su mesa de trabajo y el inventario estaba al día. 

                                                                                                                    

Jens no quiere la soledad, Charlotte no soporta su compañía...

                                                                                            Johann R. Bach

 

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