LA CARA DE LA DAMA MISTERIOSA
Miro los campos.
Nadie me habla al comienzo de este invierno en el que añoro el olor acre, el viento lleno de polen -amarilla tormenta- y la casa que poco a poco se había ido derrumbando.
Añoro las flores de ciruelos y cerezos
recién brotadas como si ya no las fuera a ver nunca más y los hinojos invadidos por infinitos caracolillos blanquecinos muestran la levedad de la materia.
Recuerdo aquel día
que el viento le despejó la cara y me apercibí, claramente, que se parecía a la mujer que había visto otras veces en el mismo sitio.
Me da miedo la luz
reflejada en la nieve y, sin embargo, le pido lo que quiero de ella:
el hueso su sien contra la mía.
Johann R. Bach
No hay comentarios:
Publicar un comentario