12 dic 2013

Amarla fue tan fácil como respirar

     LA NOCHE ERA SU BOCA

                                                                                                      La Medusa

 

 

Escribes, amas, lees,

traduces algunas palabras extranjeras, de vez en cuando, te brota algún neologismo que te sorprende.

 

Escribes, escribes,

lees mientras esperas. No puedes exigir más a la vida. Entraste en el juego de la vida y te toca sonreír aunque se te haga difícil amar.

 

Te aceptó como huésped,

comiste en su mesa, reíste como nunca en su compañía. Te cedió hasta la cama a cambio de versos y besos.

 

La noche no era el sueño,

era su boca, era su hermoso cuerpo despojado de sus gestos inútiles, era su cara encendida mirándome en la sombra.

 

La noche era su boca,

aflojándose con el espasmo al saborear la miel y sus ojos serios cayéndose en los míos y era su amor en mí invadiendo tan lenta, tan misteriosamente.

 

Realmente se conformó

con que estuvieras en el mundo, con que supieras que ella estaba en mundo y que fueras testigo, juez y dios. Si no para qué todo.

 

Amarla fue tan fácil como respirar.

Duró todo nueve meses: suficiente. Fue un período irrepetible.

 

                                                                                      Johann R. Bach

 

 

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