HEMOS CAMBIADO LA HORA
Hemos cambiado la hora
de nuestras longitudes vecinas del Meridiano de Greenwich.
Con el retraso de una hora
en los relojes esperamos poder engañarnos a nosotros mismos haciendo de la mañana un tiempo más largo.
Sin embargo, ruge el otoño.
A cada ráfaga de viento oscila la palmera y ya no zigzaguea la golondrina negra en el espacio azul.
La migraña compone un mosaico de humo,
palabras y baldosas rojas.
Yo aquí -me gusta creerlo-
soy el de siempre, poca cosa que transfigura a veces la poesía. Me siento como el que mira transcurrir la prosa,
de su desasosiego noche y día
y una mañana observa por el vidrio el rosa que tiñe el mundo y llora de alegría.
Johann R. Bach
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