31 mar 2014

Tiempo hay para estar a solas consigo mismo, en cuerpo y alma, ligeramente irreal

      EN CUERPO Y ALMA CON MARTA GUILLAMÓN

 

La noche, amiga Marta,

ha entrado en ti igual que entran las olas en las pequeñas calas  junto a Cadaqués.

 

Piensas que el Quijote

habla de una brisa interior que se mueve en nosotros

a la vez que en las viñas.

 

Escribes sobre el mar,

tu paisaje preferido, sobre el modo en que invade la tierra con la luna del mercurio marea de vida nocturna.

 

Crees que alguien mira,

desde la pasión de estos versos hacia la ventana en que tú estás, y construye por enésima vez Cadaqués desde donde te escribe:

 

“Cervantes

fue el sueño de Sancho Panza”.

 

Sientes un tu carne

que la vida se parece a la palabra literatura, y, que a veces, sufre la enfermedad de la poesía. Has cerrado los ojos. Estás lejos del mar y es de noche.

 

No hay nada más.

 

Acaso no fue dulce, amiga Marta,

compartir contigo aquellas tardes mediado el mes de junio y sus secretos.

 

Tiempo hay

para estar a solas consigo mismo, en cuerpo y alma,

 

ligeramente irreal.

 

                                                            Johann R. Bach

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