SIETA ES MI NOMBRE
Fui, en la mayoría de mis vidas, una mujer
y lo que sucede repetitivamente, tiene tendencia a establecerse. Eso explicaría mi actual sexo femenino.
Mi cuerpo de gata
pasa ágilmente, escurriéndose por entre las zanjas de hojas húmedas, riéndose entre dientes y respirando silenciosamente.
No toda mujer -no sin piel animal-,
si pudiera dormir, podría despertarse arrastrándose bajo las ventanas de los vecinos, silbando entre crujidos de cortezas secas, y, sin embargo,
lo que sucede una vez volverá a suceder.
Una noche empezó,
igual que me escabullo entre los troncos secos con dos ventrículos del corazón, empezó a emerger.
Más y más
firme, delicada, ágil, inarticulada hacia los brazos de mi amado esperando que lo que sucede una vez vuelva a suceder.
Johann R. Bach
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