LAS VIÑAS LO HABÍAN VISTO TODO
Las viñas, más allá,
lo habían visto todo y ahora están esperando reponerse; los almendros tronchados habían perdido parte de su vitalidad, aunque su optimismo seguía en pie.
Las casas y el campanario de la iglesia y más allá
los refugios de piedra lo habían visto todo y ahora están esperando reponerse, y la tramontana que había rasgado rocas y tejados, granados y olivos acordó unirse al mar y a la arena y guardar silencio.
A la hora del derrumbamiento del sol
la tarde lo remolcaba fuera del puerto que se encrespaba con palos de veleros anclados: debajo de sus cascos el ballet de reflejos se estiraba y giraba al ritmo de los restos de las olas,
los vendimiadores fatigados
y contentos de su labor cantaban alegres al dios Baco en la Taberna del Melitón: ¡Aleluya!¡Esto funciona¡, ¡esto funciona!"; "las uvas son azules como el ojo del mar".
La viñas, más allá
lo habían visto todo
Johann R. Bach
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