Es Navidad en el espacio exterior
En la Sala Social del hospital
a hora convenida se llenó de jilgueros eufóricos; con música, bajo por la escalera y subo por la rampa trasera para dejar en el armario de recepción mi segunda piel de cuero.
Oía sus cantos y encuentré
a todos transformados en Einsteins, Kants, Laplaces, Cauchys… Se alternaban en diálogo biólogo-semiótico sobre numerosas estrellas, entre caviar y vinos, con música de vals de fondo.
Hablaban con dulce encono
de la capacidad respiratoria del Tiranosaurus Rex y otras criaturas antediluvianas perdidas en la noche auriñaciense
Y todos en gramática armonía
estaban convencidos de su brillante futuro como científicos que apenas habían superado los ochenta años.
Desdeñé las galletas,
pero no al anfitrión de apenas ochenta y dos años, maestro de la poesía y del amor.
Johann R. Bach
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