UN SIMPLE CUADRO
La Caída de Phaeton
Durante tu enfermedad
–la gripe asiática- una fiebre persistente te llevó a una situación en que las visiones no siempre eran pesadillas:
Acuérdate de aquella historia
que nos explicaste:
Estabas de nuevo en la casita de Cadaqués,
con el murmullo del mar tocando a la puerta que se extendía hasta la ventana desde donde se veía el horizonte cargado de negros nubarrones.
Sin embargo la casita te parecía una mansión
con una puerta trasera que daba a una calle pendiente donde el agua resbalaba hacia el mar y una puerta tocando prácticamente la arena de la playa.
Te encontrabas en la habitación
donde el asma de marinero resbalaba por las paredes como las antiguas desesperaciones, pero la penetración de los hilos dorados del sol la hacían ideal para pasar la enfermedad.
En la pared norte,
donde nunca daba el sol, sobre el chifonier un cuadro de una reproducción de "La Caida de Phaeton" de Rubens daba una alegre luminosidad sin necesidad de otra luz artificial.
Aquel cuadro te alegraba la vista
haciendo contraste con las manchas oscuras que rondaban por el fondo de tus ojos, mientras la música del oleaje y el viento, a pesar de la fiebre, te hacían sonreír, evitar lágrimas, lágrimas inútiles,
y esperar mejores horas.
Johann R. Bach
Hola, me ha parecido
ResponderEliminar¡Precioso!
Saludos