3 jun 2015

Me siento pequeño como una bacteria.


UN SIMPLE MICROBIO

No quisiera engañarme,
aunque grandes fuerzas me empujan a ello. Fuerzas que llevan a enturbiar la inteligencia o a encerrarla en el laberinto del miedo.

Somos –lo acabo de descubrir-
simples criaturas jugando alegres en un universo cuya magnitud se escapa de la mente humana.

Me siento pequeño como una bacteria.

Las bacterias,
al conseguir las corazas de los aparentemente incautos lípidos, una especie de caperuza que hace invisible al que la lleva,

se unen bajo el liderazgo de un supermicrobio,
vencen a todo un ejército de leucocitos y macrófagos y, cuando ya creen que les espera un feliz futuro,

el jardín bajo sus pies se marchita,

es decir, el hombre fallece
y las pobres plantitas que componen toda una inmensa flora bacteriana desaparecen con él…

Disculpad queridos amigos,
que de vez en cuando hable de mí mismo, pero, al fin y al cabo, todos nosotros

somos en cierto modo
una representación del proyecto mismo del universo.

Sólo hay una remota esperanza
en la sugerencia de los mundos imaginarios de Riemann aunque hay que reconocer que

también este mundo,
es bastante interesante y se merece que escribamos algo sobre él.

                                                                 Johann R. Bach

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