31 may 2015

Yo reía al oír esos cuchicheos de ociosos lugareños


LA FÓRMULA SECRETA DEL CALVADOS DE TÍA CINTA

Acompañada por su sobrino,
la veían bajar temprano al puerto.

Soltaban las amarras de un pequeño menorquín y se hacían a la mar en días en que las olas eran inexistentes.

Solían volver ya avanzada la tarde.

Nadie sabía a ciencia cierta dónde iban
lo que aumentaba el misterio aunque era evidente que aquellos paseos sobre la piel del mar en los alrededores de Soller eran siempre largos:

Salían siempre con el depósito lleno
y regresaban a puerto con un escaso par de litros de combustible.

Clara y yo escuchábamos atónitas todas las conjeturas que circulaban por el pueblo sobre la peculiar pareja de tia Cinta y mi primo Fernando.

Una pregunta algo divertida
corría maliciosamente entre los habitantes de la villa: ¿Qué comían en esos paseos?¿Se llevarían a la boca alguna cosa que pudiéramos llamar alimento?

Mucha gente se preguntaba
incluso si tía Cinta sabía cocinar.

Yo reía al oír
esos cuchicheos de ociosos lugareños y explicaba cada vez que tenía ocasión que tía Cinta no sólo cocinaba bien sino que a causa de sus comidas no había muerto nadie.

Uno de aquellos días
tía Cinta preparó una opípara cena para celebrar el aniversario de Clara. Vamos a cenar como nunca –nos dijo- y sin problemas de digestión pesada.

Como entrante
nos sirvió una fuente llena de gambas, manzanas troceadas y mejillones. Aparte, en otra fuente ostras frescas con limón y sidra en abundancia.

Después una enorme chuleta a la crema
Bien sazonada con pimienta negra y acompañada con un delicioso rojo Côtes du Rhone.

Para poder ingerir
la enorme paleta de quesos de Camembert, Livarot, Munster, Orbec y Pont-l'Évêque

nos había preparado
una especie de sorbete de Calvados denominado "Trou Normand"
compuesto, a partes iguales, por

Aguardiente de calvados (extraído de la posterior destilación de la sidra) 
Crema de leche
Leche
Azúcar Glass casero.

Después de ese brebaje
los quesos nos parecieron un manjar de dioses y la noche junto al mar algo maravilloso.

                                                        Johann R. Bach




2 comentarios:

  1. La tía Cinta es estupenda,ama libremente y acoge a los suyos con una cena cuyos manjares son de alto contenido sensual, de lo más propicio para una noche divertida en la playa.A los aburridos lugareños bien se les podrían atragantar los cuchicheos. Vigorizante relato de fragor culinario

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  2. Ostras!!! Qué pinta!. Parecen de Galicia.

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