22 ago 2014

¿Tan engreído eres que te sorprende mi comportamiento?


¡PETRÓLEO!
¿A TIEMPO DE HUIR DE LAS ISLAS?

Apoyo el oído en la tierra
y como en una vía de tren oigo el trepidar de las asambleas de Tinieblas. Allí, lo sé,

algunos políticos están molestos
por las cosas que escribo.

Volveré a escribir
estas cosas dentro de un millón de años; desde un planeta lejano situado en el Séptimo Cielo; seguiré insistiendo

sentado en mi pobre cuerpo.

Ahora tendría que cruzar el río,
ese río navegado por una barca, la barca de Caronte, pero después de haberlo cruzado anteriormente seis veces,

esta vez el archipiélago me ha hecho que sí
con la cabeza y parece que se dispone a hablar. Le he preguntado el precio del viaje.

Éste es –me dice
y con el remo empieza a golpearme.

¿Tan engreído eres  
que te sorprende mi comportamiento?

¡Resucita! ¡Resucita!
Pues necesito que revivas para seguir golpeándote -me decía mostrándome un resentimiento incurable.

¡Vuelve a Góngora
para encontrar amatistas y oro!

Escucha el suspiro de Las Islas
a través de las tierras volcánicas y la mar. No es un suspiro, es el grito de libertad de José Martí que va a despertar y el sensible canto de Verdaguer a la durmiente Atlántida.

                                                                 Johann R. Bach



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