PREVENIR EL CAOS
Desde tu salida del Monasterio
nos enseñaste que la prisa era la excusa de los torpes, los principios no se deben confundir con los intereses.
No te has cansado aún
de repetir, cada vez que tienes una oportunidad, en una fiesta o reunión, que los muros de piedra no hacen un monasterio.
Lo que hace comparables
-dices- los monasterios a prisiones más o menos camufladas es la concurrencia de muros de piedra inexpugnables e indestructibles desde dentro, de multitud de parásitos hipofóbicos y filósofos instructores de moral.
Esa combinación –insistes-
no constituye precisamente un jardín de rosas, donde una de sus primeras preocupaciones es el alojamiento de tercera clase para débiles temporales cuyos amigos no pueden pagarles un hotel de mejor calidad.
Ahora, cuando te preguntan,
cómo ves el estado más probable (en el futuro), tú contestas: "El Caos".
Explicas que, cuando lleguen al cielo
aquellos que sobrevivan a ese "desorden molecular", encontrarán que otros ya se han apropiado de las mejores parcelas considerándolas "tierras deshabitadas".
Cuando eso ocurra
lo primero que harán los colonos o recién llegados será construir un Monasterio. Sólo los poderosos pretenden defenderse del Caos.
Johann R. Bach
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