28 mar 2016

“No es imposible que la calidad se deba a un accidente, ...


QUISE SER GENIAL: ESTUDIÉ FILOLOGÍA

Quisé ser genial: Estudié filología,
soñé con ser una profesora a la que se pudiera amar, entré a trabajar (no me gusta nada el altivo verbo ejercer), no impartí nunca una clase sin sentir la necesidad de bromear con los que tenía frente a mí…, siempre, indiferentemente de su grado de preparación, me llevé la misma sorpresa desalentadora. No caí nunca en gracia: Me consideraron siempre como alguien caído desde otro planeta con la pretensión de meterles en sus cerebros, a la fuerza, conocimientos que ellos no deseaban.

Me pregunto sinceramente, por enésima vez,
si quedan lectores (odio esa agresiva fórmula lectores/as) que sigan con tenacidad a un autor, a través de todo su sistema de galerías como a un zorro astuto;

que quieran entrar de verdad
en los extraños mundos de unas mentes las cuales sólo se distinguen por haber encontrado la forma de exteriorizar, bolígrafo en mano, cómo son y cómo ven el universo desde dentro de un diamante icosaédricamente tallado.

Alguien dijo que
"un escritor es una simple máquina de fabricar personas geniales". Me pregunto si queremos todavía convertirnos en personas geniales siguiendo a escritores como Cervantes o Pushkin. En mis cortas vacaciones de Pascua, en la mágica isla de Menorca anoté algunas cosas del mundo insular, pero lo que me sorprendió esta vez fue un cartel-reclamo en una tienda de abarcas escrito a mano con una caligrafía de letra de imprenta que decía:

"No es imposible que la calidad se deba a un accidente
Nuestra experiencia dice que es el resultado de un esfuerzo inteligente".

Esas palabras fueron puestas ahí,
en el escaparate de la tienda, después de un cierto proceso de maduración de alguien que sabe escribir y que ha buscado la rima. ¿Sigue siendo para una escritora la publicidad una forma más de obtener ingresos?

Por qué escribes, para quién escribes
han pasado a ser hoy en día las preguntas cruciales que me planteo como autora porque quizá los lectores contemporáneos prefieran una ducha de agua tibia, un baño relajante tras una jornada de trabajo.

                                                                       Johann R. Bach

2 comentarios:

  1. XANA GARCÍA
    23:57 (fa 8 minuts)

    "No es imposible que la calidad se deba a un accidente

    Nuestra experiencia dice que es el resultado de un esfuerzo inteligente”.

    Quedan lectores ,muchos que van/vamos tras el talento ,ese potencial inteligente con actitudes sobresalientes ,que como en este caso,escribe de forma "diferente" ,un talento creo intrínseco a ti, pero que desarrollas y vas investigando con tenacidad , distintas formas lúdicas,poéticas ,temáticas de aprendizaje y gozo.La publicidad ayuda muchísimo a ser más exitoso ,pero tiene trampa no siempre lo exitoso es sinónimo de calidad ,ni de genio ni ingenio .Es duro el marketing por dinero y la competencia lo vemos en la vida cotidiana ,hay demasiada publicidad engañosa que vende en todos los ámbitos de la vida cotidiana,quizás sea porque no nos han enseñado a pensar o simplemente no nos interese y hay que tener mucho cuidado que no nos seduzca y el cerebro se volverá tan plano que ni los reflejos corporales distinguirán entre una plácida ducha tibia o un caldero de agua hirviendo. Acordándome del cuadro de Magritte:"Esto no es una manzana" ,él no mentía ,muchos publicistas sí. Xenial tu escrito,para analizar!!!

    ResponderEliminar
  2. Demasiados accidentes de calidad sociales ,políticos, culturales.Éste relato marca la diferencia con soterrada crítica cruda.Digno de publicarse en una columna de un buen periódico,antes de llegar a la amplia gama plublicitaria del paraíso plastificado con orines de estrellas.

    ResponderEliminar