METAMORFOSIS CON OLOR A LAVANDA
Ovidio describía en su "Metamorfosis"
cómo "nuestros cuerpos se transforman sin reposo y lo que habíamos sido o somos no lo seremos mañana".
De forma parecida
el río sigue el mismo curso, atraviesa el cielo, la nube;
la luna no se detiene;
el silencio
se lleva por delante la palabra y el olvido de cada uno de nuestros gestos.
Tirita con fuerza el nistagmo
de mis ojos ante las cimas heladas y ante bosques cubiertos con sus propias mantas verdes;
pero sobre todo ante tu mirar;
extiendo mi deficiencia ocular
sobre el mundo, abro los poros de mi piel al tacto y me sumerjo en el mar de los sueños.
El gozo y…
ese misterioso vector del Destino me obligan a escribir todos los días: debo esculpir –creo- la vida como "Aquél que Cincela" el ADN,
trazo a trazo,
saboreando cada minuto de su curso, acariciándola, respetando su trayectoria sin oponer obstáculos,
sumándome a su devenir.
Siento cómo se endurece
la corteza de mis hombros y el paso del tiempo tiende a desterrar el entusiasmo que me ha llevado hasta aquí.
Cambio sin reposo como todo. Sí.
Pero aún aspiro el aire perfumado con lavanda y romero y todavía no orino por rebosamiento, me alegra la luz de la aurora –diferente cada día- y
me hundo en el mar de tus abrazos.
Johann R. Bach
Que bien descrito el devenir del tiempo y el valor del ensueño que perdura siempre cuando se ama la vida
ResponderEliminarGracias Griselda por tu elogio.
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