AMBICIÓN SIN LÍMITES
Fácilmente olvidamos
que nada nos pertenece
Ambicionamos la madera,
el mármol, el oro, valiosas pedrerías,
imágenes esculpidas en Porfirio,
antiguos pergaminos, retratos pintados al óleo y acuarelas,
Buscamos presumir
de tener en nuestro patrimonio muebles antiguos, textos originales de grandes escritores y poetas…
En realidad nada nos pertenece.
No hay patricios ni plebeyos
bajo la cúpula de la noche:
Sólo quedan los rescoldos
de lo que fue un fuego descomunal: lucecitas que convierten la noche en un cristal volcánico,
una oscura sábana de jade
y que flotan en un espacio envejecido y deformado por el calor fluctuante como una silla de montar,
y un Dios cansado de esperar
que nos mira asombrado del volumen de nuestras ambiciones.
Johann R. Bach
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