22 ago 2012

LA SOLEDAD JUNTO A LA CHIMENEA. Poema original de Sylvia M. Folch ( www.homeo-psycho.de )

 

                                JUNTO A LA CHIMENEA (Poema)

 

Decidiste casarte a pesar de saber que la soledad persiste y sobrevive

cómodamente en todos los espacios. La esperanza en aquel hombre, por ferviente que fuera, no hizo a fin de cuentas más que lanzarte bajo el poder meramente humano, es decir con pocas esperanzas… Debes, pues, ser y has sido ya castigada, tanto más cuanto incluso has engañado tal vez a otras almas.

 

El cerco del horizonte era frío como estar en cuclillas junto a la chimenea del Monasterio. Pero ahora reconoces que eso no debería haber sido excusa para tomar las decisiones que te llevan ahora a un remordimiento tras otro. Y la serpiente de la ironía hace vibrar su lengüecita tan desigual en mordeduras iguales.

 

Con la nieve cayendo a medianoche no dormías. Y es verdad que donde se está mejor es sentada en la cocina aunque sea la cocina del insomnio. Te levantaste, encendiste la chimenea, te preparaste un café; le añadiste un poco de coñac, miraste por la ventana la eternidad familiar.

 

¿Por qué ibas a envanecerte de que habías sufrido más que los demás? ¿Para justificar tu matrimonio con un hombre adinerado? Esta es la noche en que por la puerta secreta del desvelo entran fenómenos demasiado creados para rendirse a la desaparición.

 

Sólo él duerme, duerme casi obstinadamente, con la voz peinada por encima de las orejas del infierno, como si por el cabelludo perdurar de su sueño en manos de Morfeo, quisiera presentir el destruido peine del ángel.

 

Aunque en la tierra no existiera el silencio, ese nevar lo habría inventado ya en su sueño. Estás sola. Ningún gesto. Nada de qué hacer gala.

                                    Sylvia M. Folch

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