Fiesta de Sant Medir en Gracia (Barcelona)
ESPERANDO A SANT MEDIR
Hace ya mucho tiempo que esperamos,
que se comparan unas ciudades con otras.
Miles de periecos somos y nos sentimos libres,
pero encerrados en Leteos.
Ninguno de nosotros cree ya
en la vieja mentira. Los trenes ya se fueron,
oíamos sus silbidos cada vez más graves.
Las herramientas quedaron abandonadas
sobre la tierra, pero volvió
días después el rumor del otoño
y los libros aún se podían leer.
El sonido solar de las sirenas anunciaba
la arribada de cruceros llenos de esperanza,
los pájaros comenzaron a emigrar.
Y aquí estamos, mirad, nos habéis olvidado.
Aquí, en el vientre de la noche de Gracia,
se sufren las suaves inclemencias del tiempo:
es un estar despiertos en lo oscuro;
es ser sólo un oído
como si Gracia fuera un Caballo de Troya.
Y aquí jugamos a esperaros siempre.
El amor no cerró tampoco la nariz
y en el olor y en sonido
comprendemos el mundo,
más puro aún que entonces,
cuando el cuerpo giraba con el sol,
rotación amarilla del deseo,
en la arena, en el mar.
No,
Ninguno de nosotros os reprocha
que tan sólo veáis la montura gigante,
el gran caballo azul de este barrio
en cuyo vientre estamos. Desde fuera
puedes alzar los ojos, agradecido,
sin música o perfume
ni una oscura noticia de la luz.
Elisa R. Bach
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