LA ERA DE PLATINO
Las olas adornaban el silencio blanco
del pueblo del que guardo unos pocos recuerdos y del poder de Poseidón sólo se quedó grabada en mi memoria
una semana de tramontana
que, después de la cual, al cesar el viento un dolor de cabeza casi insoportable se instaló en mí a medianoche despertándome.
Aquellas formas singulares del clima
–lluvia y viento, seguidos de sol acariciador- se suceden allí, a menudo, una detrás de otra,
se encajan, se emocionan, se apaciguan,
se separan en silencio, deslizándose entre los gradientes del espacio y del tiempo –pesada esfera pulida, oscura y apacible.
Formas dulces y e imprevisibles,
figuras sin rostro, sin accidentes, sin neurosis –mundo liso cuando descansa, armonía que nos rechaza.
De ti me asombraba
tu corazón nunca devorado por la noche y no te reconocía entre los bustos abatidos, por las tormentas de los días, a los que
el tiempo del carbón
les había comido los labios.
A partir de aquel momento,
al tener noticia de que se estaban instalando pararrayos de platino, supe entonces que sobrevivirías a cualquier desastre y que serías
La Amazona de Platino de nuestra era.
Johann R. Bach
Tras la tramontana viene la calma Se encajan emociones ,se apaciguan,y ante los ya pocos recuerdos y ese no reconocerla ,el camino del olvido serpentea hacia la paz..
ResponderEliminar.No sé si tu amazona será de nuestra era por haberle instalado un pararrayos de platino,puede ser cierto o no,sólo has tenido noticias,pero si lo fuese
salvaría quizás solo su platino como la historia del hombre de paraguas donde el rayo le mató a él y destrozó el árbol donde se cobijaba,el paraguas voló a las manos del farero para salvarlo. jJaaaj este es un cuento de buenos y malos,nada que ver....