25 may 2013

Dispuesto a ocupar el escaño que me corresponde

       AL ABUELO HERMES

 

                                                                         Hermes atándose la sandalia

 

Enterrado en el sueño de la infancia

yacía como la plata líquida en las venas y el cinc en la mina. ¡Gracias abuelo Hermes!, del niño hiciste una criatura madura dispuesta a asumir sus responsabilidades.

 

Dispuesto a ocupar el escaño

que me corresponde mientras irrumpan poderosos y grandes hechos, como los rayos de la flecha del Tiempo, de las nubes de mi juventud.

 

Como el canguro lleva a sus crías

en su bolsa marsupial, a través de los campos, en cuanto prende una chispa en sus ojos de ese fuego caído del cielo, tú me levantas de la mesa materna obligándome a abandonar la fuente llena de frutas para ir en socorro de los débiles.

 

¿Creíste que el aleteo

de tus pies resonaría en vano en mis oídos? Cada trabajo que hiciste exaltó mi alma. Cierto que pagué cara mi inexperiencia; dolorosamente quemaron tus rayos mi pecho, oh luz orgullosa, pero no lo consumieron.

 

¿Qué llamó al Jefe de los Sueños y Guardián de Las Puertas

a convertir a mis padres, como a Filemón y Baucis en árboles (roble y tilo) después de su muerte?

 

No hubo amistosa mano de jardinero

interesada en mi joven vida, pero gracias al propio afán, copia fiel de tu perfil, miré y crecí hacia el cielo.

 

Hijo de Zeus y la pléyade Maya,

a tu lado comparezco en esta hora triste y con sonrojo reconozco tu arte aromatizando el Olimpo como una conquista tuya. ¡No te olvides nunca de mí y compártela conmigo!

Cierto es que nací mortal,

pero inmortalidad se ha jurado mi alma y cumplirá lo mandado. Recuerda cuando jugaba en torno a tu caduceo, pendía de ti como una flor, de tu corazón sentía cada latido abarcar el mío, tierno y trémulo.

 

Ven a cenar a la mesa de mis sueños,

de vez en cuando, porque para tu recuerdo siempre habrá un lugar para las lágrimas y un mundo para mi amor.

 

                                                                             Johann R. Bach

No hay comentarios:

Publicar un comentario