ARBOLILLOS DESNUDOS
A finales de noviembre,
la estación del año en la que los sueños de los hombres son iguales, un pasado homogéneo,
desvanecido
que parece el de una piedra
secada al sol hay unos padres mudos, unos niños dan vueltas corriendo con un perro,
una llegada
que se intenta describir como agua que se lleva a mi boca cómo he dormido en mi habitación con su diminuto balcón que da a la calle de arbolillos desnudos.
Ha sido como un sueño
ajeno a nuestra especie:
En él se adelgaza el aire,
la luz se encoge y se despereza como admirando la lluvia y, sin embargo, punza los ojos…
el frío, la transparencia…
Los colores de la Navidad ya empujan.
Johann R. Bach
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