¿REIVINDICACIONES O DESEOS?
Maldecir fortalece, bendecir relaja.
De ahí el interés de las religiones en bendecir a pueblos y ciudadanos.
La bendición corta la imaginación y
el libre pensamiento como pecado y mucho más si se trata del femenino.
Crear una pequeña flor
es trabajo de siglos. El mejor vino es el añejo; la mejor agua la más fresca. ¡Los rezos no aran! ¡Las alabanzas no cosechan!
El alma de dulce gozo,
jamás se podrá mancillar y de la misma forma que al ver un águila reconocemos una porción del genio ¡Levantemos las cabezas!
El pobre en valentía es rico en astucia y
no se puede esperar
más que veneno del agua estancada
aunque de los ojos esperamos el fuego;
de las fosas nasales, el aire; de la boca, el agua; de la barba, la tierra; de los pies y las manos, la proporción.
El cuervo verde lo querría todo negro;
la lechuza, todo blanco. La exuberancia es belleza.
La verdad
–como la semilla que germina en la oscuridad- jamás debería decirse
de forma que se entienda y no sea creída.
¿Quién podría afirmar
que el desprecio al despreciable es como el aire al pájaro o el mar al pez?
Hay que reivindicar la cabeza sublime,
del corazón, el desenfreno pasional no patológico pero inducido, y, de los genitales belleza.
Johann R. Bach
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