ENAMORADA MUJER CASADA
Busco desesperadamente
que la calma se imponga, como lluvia que viene a socorrer la sed del acónito, dentro y fuera de mí.
Si lo que es azaroso e impreciso
y la risa vecina enmudeciera;
si el rumor que levantan mis sentidos
al despertar no me estorbara tanto como el marido infiel que ronca todas las noches en mi lecho …
Entonces yo podría,
en un polifacético meditar, conocerte hasta tu extremo, soñar contigo y amarte aún en tu ausencia, y
en posesión fugaz como sonrisa,
a todo lo viviente regalarte todos mis pensamientos como una acción de gracias.
Presiento que pronto todo va a cambiar
de la misma forma que se siente el resplandor de una página nueva sobre la que aún todo puede llegar a ser.
Entretanto mi saliva fluye
cada vez que pienso en ti.
Johann R. Bach
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