25 ago 2011

Elisa envia un poema que refleja el estado de ánimo después de una fiesta mayor del barrio y con algo de resaca

Después de la Fiesta Mayor

 

Florece la luz en el aire;

es la siembra del cielo;

un gorrión canta en la mañana

antes de que el barrio se despierte.

 

Entre dudas para tomar una decisión

-en que emplearás hoy tu tiempo-

ensayas movimientos de manos y párpados

para recibir la luz primera.

 

Escuchas a un hombre vociferar

mientras recoge botellas en la calle,

ignora que tú lo observas desde el balcón.

Es el mismo hombre que cada día

ayuda a maniobrar al camión de la basura

 

junto a los contenedores hinchados de fiesta.

Oyes el chillido del vidrio;

es como los cántaros de vida

rompiéndose en las manos de Hércules,

y, vives una sensación agradable.

 

El susurro del viento entra por el balcón

lleno de música

de la última noche de la Fiesta Mayor

y esparce sus últimas notas

y calla ante el silencio de la casa.

 

Igual que el cuerpo se dirige al alma

prestándole forma,

prestándole consuelo y pena

el cuerpo quiere ser útil

y el alma se abre de par en par.

 

Volviendo a la habitación

él te recordará que no estás sola

y entreabriendo los pliegues

de esa luminosa flor astral

en medio de tus piernas

 

tocarás la luz de las estrellas.

                     Elisa R. Bach

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