4 mar 2016

Como en un teatro se apagan las luces para cambiar el decorado


SUEÑOS DE POETA

En este oficio –como en muchos otros- a veces uno está tentado de decir que la poesía no importa, que no es (para recomenzar) lo que uno se había imaginado.

¿Cuál es –surge la duda- el valor de lo que tanto tiempo anhela el escritor: la calma tan esperada, la serenidad otoñal y la sabiduría de la vejez?

¿Hay engaño o fraude en lo que los ancestros de voces tranquilas nos legaron? Cada vez es más difícil escuchar a aquellos que hablan de la sabiduría de los ancianos. Es preferible oír la pasión de los que hablan de su locura, su miedo al miedo y al delirio, su miedo a la posesión, a pertenecer a otro, a otros o a Dios.

Es obvio que la sabiduría deseable es la sabiduría de la humildad: la humildad infinita. No importa si pudo prender en el alma de un anciano o en la de un tímido y joven poeta. En no pocas ocasiones hay que lidiar con la idea del espacio vacío: El hueco entre los astros es recorrido por millones de fotones a una velocidad de vértigo y constatan millones de paisajes "vistos" en sus trayectorias, paisajes que aparecen y desaparecen en un instante.

Es como si el espacio estuviera lleno de militares, desalmados banqueros, hombres de letras no eminentes, algunos mecenas generosos como neutrinos, funcionarios que complican la vida a otros funcionarios, presidentes de comités que ignoran o han olvidado para qué se les paga y exigen respeto a sus canas, señores de la gran industria que pretenden hacernos creer que sus beneficios llueven del cielo cuando los hay… cayendo todos en la materia oscura.

Como en un teatro se apagan las luces para cambiar el decorado, con un hueco rumor de bastidores, movimientos de sombras entre sombras y todos sabemos que enrollan y se llevan la colina, el árbol y el paisaje, las altivas fachadas imponentes.

En los espacios abiertos o semiabiertos el poeta se introduce en el susurro de corriente y relámpagos invernales, aspira el aroma del indómito tomillo no visto y dibuja las diminutas manchas rojas que las fresas silvestres han ocupado sus pequeños lugares en el paisaje: La risa en el jardín, eco del éxtasis, no perdido sino exigente, que indica el esfuerzo de la partida hacia el Ápex y el nacimiento.

                                                                                Johann R. Bach

3 comentarios:

  1. COMENTARIO DE PATRICIA

    ME ENCANTA!!!
    Los poetas son personas que sacan el encanto y la belleza escondida en la cruda realidad. Nos la presentan con adornos que la rodean para hacer más apaciguante su locura, más placentera su lectura....y describen miles y millones de palabras que nos muestran siempre una verdad. La verdad que a alguien toca en su fondo y se da cuenta que hablan de uno o de otro y rezuman multitud de susurros que alertan los sentimientos de esa persona lectora...
    Lo que está claro para mí , es que eres diferente Johann , diferente a todos los conocidos porque es tan variada tu prosa como verso. Escribes y escribes sin fín y sabes hacerlo en diferente persona.
    Te da igual empezar por el principio como el final. Hacerlo del Paraíso como de la muerte. ...Pero siempre logras tener mi atención y me impresionas con cada nueva creacíón , que muchas veces supera a la última ....
    Lo dicho : "no he conocido poeta igual".

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. XANA GARCÍA
    23:55 (fa 1 hora)

    "En los espacios abiertos o semiabiertos el poeta se introduce en el susurro de corriente y relámpagos invernales, aspira el aroma del indómito tomillo no visto y dibuja las diminutas manchas rojas que las fresas silvestres han ocupado sus pequeños lugares en el paisaje: La risa en el jardín, eco del éxtasis, no perdido sino exigente, que indica el esfuerzo de la partida hacia el Ápex y el nacimiento."No está hecha la sociedad en que vivimos para los humildes ,ya has descrito muy bien de qué esta invadido el espacio,tampoco está hecha para los ancian@s ,sean poetas o no,se les suele enjaular como en una antesala a la muerte muchas veces desposeídos de afecto.Con todo ,sigo luchando y creyendo porque aún observo multitud de luces que abrazan y no se apagan; que serenan ,calman y se nutren de la sabiduría otoñal. Tú ,poeta del Áspex ,nunca dudes que la poesía sirve para recomenzar lo imaginado y menos, que tu sabiduría es y será escuchada. Has dado en la llaga más profunda del alma, Joan. Plácida noche.

    ResponderEliminar