LA MEDIOCRIDAD DE LOS METALES
Cae la tarde de La Candelaria
en brazos aún del invierno, y casi ya no importa.
Pero yo sé dónde han escondido los libros
en ese inmenso baúl llamado Google y no habrá paz hasta su lectura y la recuperación de la desnudez como símbolo del arte.
Otro relato fuera de la ética es posible –no lo niego-,
pero el mundo está lleno de valles de alacranes, mares infestados de tiburones y
dunas de seca arena
que se mueven lentamente agrandando los desiertos que son rincones de un mundo ignorado por nosotros y por
los que no pueden ver belleza
–a pesar de todo- en el mar, en el llano o en los desiertos.
Es cierto que esperábamos más luz,
más vida junto al olivo, pero incluso de la mediocridad de los metales podemos extraer dioses infinitesimales
útiles para nuestro corazón
ebrio y maltratado y por la melancolía de los poderosos.
Johann R. Bach
Bello!!!!!
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