LA SONRISA DE IOSUNE (II)
Hay muchas sonrisas
bajo el cielo de Euskal Herria.
Justamente estaba pensando en la más difícil,
la sonrisa más simple, cuando de repente me topé con la de Iosune.
Sí, sí. La sonrisa de Iosune existe.
Inseparable de ella,
está profundamente incrustada, surcada en todos los sentidos por el filo de la navaja del vendimiador del tiempo:
Es una sonrisa
a la que sólo le falta una arruga para desenredarlo todo y estar a punto para el nombre de una diosa en su totalidad.
La primera vez que escribí
sobre Iosune y su sonrisa muchos lectores me preguntaron si se trataba de una geisha japonesa;
y es que una sonrisa así
se queda en el rostro un poco más que la alegría de donde procede o bien
es la sonrisa la que precede a la alegría
y desaparece dejando la cara toda para la alegría sola. Y, cuando se le pregunta por la lengua responde:
"Primero la mía, … el euskera claro". Y sonríe.
Johann R. Bach
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