FELIZ AÑO NUEVO
Doce meses
nos ha llevado dar una vuelta más alrededor de nuestro sol. Ha sido un año como una fiera de gran tamaño echada sobre nosotros,
Sobre nuestro pobre andar
de hormiguitas.
Al principio nos amenazaron
con convertirnos a todos en harapientos vagabundos pidiendo un euro por las calles para comprar un poco de vino –el pan se suponía que lo encontraríamos en los contenedores.
Poco a poco fuimos acorralando un tanto el cielo
y en no pocas ocasiones tuvimos el amor sentado muy cerca y demostramos que
vive aún el hombre desnudo
en nuestro vientre.
Millones de personas
salieron a la calle, no a mendigar, no a llorar, no a odiar. Salieron cogidos del brazo, con la sonrisa en los labios, con la victoria en los ojos, …
con la paz… entre las manos
Entre las estrellas y las flores respiraron nuestros monstruos, nuestros niños, … nuestros ángeles.
Fue lanzada sobre nosotros
una lluvia de protones, neutrones y neutrinos, bosones junto a sus primos los winos, zwinos y fermiones, fotones y sus homólogos los fotinos, squarks y gluinos (hijos del gluón),
gravitones y gravitinos.
Querían demostrar su fuerza, la fuerza de SUSY una diosa artificial (SUperSYmetría).
Una simple cuerda,
elástica, de dimensión uno, (eso sí, de muchos kilómetros de longitud) ha sido el elemento capaz de vibrar, de retorcerse sobre sí misma,
en una frecuencia justa
alcanzando los rangos de todas las vibraciones que corresponden a cada una de las partículas que encontramos en la naturalezacomo si de una resonancia se tratara.
Hemos envejecido.
Sí. Somos un año más viejos.
Hemos envejecido
porque ha aumentado la entropía de nuestros cuerpos lo cual nos indica la desagradable consecuencia de la segunda ley de la termodinámica aunque, entretanto…
el animal
tocó su carne y buscó su cuerpo homólogo sonriendo.
¡Feliz año nuevo!
Johann R. Bach
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