UN ALMA LLENA DE VIDA
Naturaleza muerta
Bajo esa bóveda celestial
sobre nosotros, en suspenso y su maravillosa luz trémula -que ya no es que viene de un pasado sin límites y se está ahí colgada-, palpitante y helada,
chillabas en sueños
como si estuvieras despierto y llorabas.
Yo te susurraba al oído,
suavemente, dulces palabras, para no removerte más las sombras de tu sueño hecho de amor.
Al mismo tiempo rezaba a mi dios,
a cualquier dios para que no te murieras como si eso fuera posible en un hijo que, a pesar de la fiebre, tiene el alma llena de vida.
Aún nos quedaban a ti y a mí
muchos años para caminar contra el viento. Aún me río cuando pienso en todo aquello.
Johann R. Bach
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