19 dic 2016

Cassia añade un nombre más a esa lista de genios parisienses de nacimiento o adoptados


CASSIA LA ETERNA IMPÚBER

-¡Qué diferente vida la de Cassia!
Nadie allá abajo en los Bulevares hubiera creído que personajes tan alejados unos de otros pudieran reunirse en esta Fiesta de las Mansardas.

-Así es Rosa.
Me parece que en alguna otra ocasión he dicho que Cassia nació en Barcelona y no salió nunca de aquella ciudad salvo para hacer un viaje, a la edad de cuarenta y cinco años a París. Después de aquel viaje, volvió a Barcelona a buscar sus cosas y establecerse aquí definitivamente. Por otra parte no había ido más allá de Saint Denis,

Incluso cuando iba a visitar,
a Bretaña o a Normandía, a alguna amiga, volvía habitualmente por la noche o no dormía fuera de casa más de una o dos noches. Era de la opinión de que "no hay mejor aire que el de París". Y en cualquier lugar donde pudiera estar, habría preferido su riachuelo de la rue Saint-Honoré, de la misma forma que Antoine el de la rue du Bac.

Cassia añade un nombre más
a esa lista de genios parisienses de nacimiento o adoptados que han estado dotados con un altísimo grado de virtud afable y social, y que son fácilmente civilizadores. Cassia había salido, pues, a su abuela, y se nos aparece por otra parte única en su raza. Su talento, como todos los talentos, era totalmente personal. Yo la he descrito en mis relatos inspirando el respeto con dulzura, "por su estatura comedida, por sus cabellos de plata cubiertos de un tocado rojo bajo el mentón, por su modo de vestir colorido y algo recatado, y por su aire de persona de juicio mezclado con la bondad".

Bruno que acababa de echar una partida 
con ella al ajedrez le escribía a una amiga: "Cassia estuvo muy bien. Observo siempre el gusto noble y sencillo con el que esta mujer se viste: llevaba, hoy, un simple paño, de color azul oscuro, mangas largas, la ropa de lo más lisa y fina, la blusa blanca con topos también azul marino, y la más escrupulosa pulcritud en todo".

Pero Cassia no tenía que cuidar ni sostener los vestigios de una belleza que aún brillaba a base de destellos a media luz; encaneció francamente a edad temprana, es cierto, y se guardó el otoño de la vida en las sienes. Mientras que muchas mujeres se preocupan de retirarse en buen orden y de prolongar su edad de la víspera, ella tomó la delantera y se instaló valientemente en su edad del día siguiente. "Muchas mujeres –se decía de ella- se visten como la víspera, y sólo Cassia sabe siempre vestirse como el día siguiente, como una colegiala desbordada por un corazón ardiente lleno de vida". 

1 comentario:

  1. Como me encanta Cassia con esa explendida personalidad tan segura y tan lucida

    ResponderEliminar