10 oct 2016

No devolví jamás aquella llave de culpa y felicidad.


EL DICCIONARIO DE ERMESSENDA

El diccionario fue para mí,
durante toda la vida, el Libro Sagrado. Envejecimos juntos. Ahora decir eso parece una tontería,

pero en aquellos años
agenciarme con aquel maravilloso Libro sustrayéndolo de la sacristía de la iglesia era casi un crimen.

No devolví jamás
aquella llave de culpa y felicidad.

En los ratos que mi hermana no me maltrataba,
me enseñaba el manejo del orden alfabético para manejar los secretos de los mayores.

Apenas había salido del laberinto
de las preguntas infantiles:

Cuando yo sea grande
y tú seas pequeñas… ya verás. Ella reía.

A veces la cosa era más sería.
Al descubrir lo que era morir y ser enterrado las preguntas tomaban otro cariz:

Si el enterrador es el que entierra a los muertos
¿quién enterrará al enterrador cuando se muera? …

¿Cuándo yo me muera ya no seré nunca más? …

Tras aludir a la condición descalza de mi madre,
rendir culto a la autoritaria figura paterna –en una comarca de coleccionistas de lindes, veíamos a pocos hombres con la altura de su serenidad- y a mi tía la maestra del pueblo, enferma de amor hasta encontrar descanso en la demencia.

Fue ella, mi tía, la que me introdujo en la lectura
de historias de carpinteros alegres, campesinos apacibles y muchachas rebeldes que en su vida todo era pureza y banderas ensangrentadas como, por ejemplo, Juana de Arco.

Me hizo prometerle
que cuando muriera arrojara a puñados sus cenizas a los lindes de otras tierras. A cambio le diría a nadie que había sido yo la que se llevó el diccionario de la sacristía.

Así que no devolví jamás
aquella llave de culpa y felicidad. El diccionario envejeció conmigo…

                                                                                 J. R. Bach

2 comentarios:

  1. Griselda Corni Fino
    16:13 (fa 1 hora)

    Que bueno lo de coleccionistas de lindes . Me han retrotraido a mi tierra natal .
    Una servidora se ve claro que no ha estado envejeciendo con un diccionario , pero si con un libro de poemas ,
    Por esto aprecio tanto estos escritos J R

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  2. En aquel estrecho mundo cerrado,Hermessenda niña quizás "cogió" el diccionario como un escapismo a otros lugares a través de las palabras, la llave que la llevaría a abrir su imaginación e ilusión y crear literatura .No me parece extraño que nunca lo devolviese ,es un referente para saber que siempre hay que saltar lindes que nos hagan felices a cualquier edad.La absuelvo de la culpa ;))).*****Buen día,poeta.

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