10 ago 2015

"Lucretia y sus finos hilos de araña". Un relato para insomnes


(VI) Epílogo. ESCRÍBEME TAMBIÉN TÚ.

Por desgracia, junto a mí, ahora, mirando lánguidamente por encima de mi hombro está tan sólo Victoria, que espera que le cambien las sábanas. Hasta que llegue el momento sigue escribiendo cartas de amor con rotuladores, incluso sobre su cuerpo, que ha cubierto, hasta donde ha podido alcanzar, de letras y dibujos ingenuos.

Ahora está escribiendo sobre su pecho, con tinta verde: "Te suplico que me escribas también tú", y junto a ello pintarrajea la cabeza de una niña de cabellos castaños, ojos pardos y boca roja. Esta es mi situación. En cualquier caso, tendré que salir de aquí, donde no hago otra cosa que aplazar, una y otra vez, hasta el infinito la lucha con la bestia. Mi obsesión no se deja exorcizar, escribiendo no vuelvo a ser yo y no quiero, Dios mío, quedarme así.

Por ello aplazo toda decisión hasta regresar, en cierto modo, al "mundo". Allí veré que hacer y sobre todo cómo hacerlo.

Estas hojas de papel, amontonadas en un taco sobre la mesita de noche, son un fracaso mayor que lo que acabo de narrar. Estoy resuelto a quemarlas esta misma noche, he decidido no dejárselas al médico ni a nadie más, porque si ellos las leyeran no podría escaparme nunca de aquí, o tal vez llegara incluso a limbos peores. Simularé, con asco, la normalidad, seré un corderito obediente, dispuesto a hacer felices a los que le esquilan la lana, de vuelta a sus cabales tras una cris de histeria.

¿Por qué sigo escribiendo estas líneas si sé que voy a destruir todo este relato?¿Por qué sigo trazando una letra y otra letra y otra letra?¿No es acaso para tomar una bocanada de aire, de este aire acondicionado de paredes blancas, y otra más?

No, tengo que acabar de una vez. Ya está. He terminado. Ahora a esperar el día en que pueda abandonar este hospital.

                                                               Johann R. Bach


3 comentarios:

  1. La novela de Alejandro Corral, cuyo titulo no recuerdo, que transcurre en Newyork, trata el tema de los cuerdos y los no cuerdos, y llega, o asi parece a la conclusion, que has de seguir la corriente a los psiquiatras, para oficializar la curacion. Muy interesante.

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  2. Así es Julio. Como en la vida misma. Si puedo, hoy mismo subo el apunte del Diario de un poeta del día 12 de enero de 2.010

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