23 mar 2015

Aún no sabemos qué espacios se ocultan en este Universo hiperbólico.

NARCISO Y SU BELLO ESPACIO

 

Ya ves, Narciso,

tú dentro del espejo y yo fuera, como dos hermanos gemelos. Todo en nosotros es homotético:

 

movimientos, sonrisa,…

 

No hay profundas arrugas en nuestros rostros.

No sé cómo habiendo asestado el dolor tal cantidad de golpes en nuestras frentes no ha causado siquiera heridas horizontales.

 

¡Oh, espejo adulador!

 

Dime que no me engañas,

que me tratas igual que a mis allegados en tiempos de prosperidad. Dime: ¿Es ése el rostro que, como sol, hace parpadear a cuantos lo miran?

 

¿Son ésos los labios

que justificaron tantas locuras?

 

¿Y ésas, las frágiles pestañas

que cubren de gloria, el brillo de esos dos luceros?

 

hay días que no te reconozco, viejo.

Y te pido que escribas tu propia oración y es que ¡sientan tan mal las canas en las sienes!

 

Durante mucho tiempo –lo confieso-

soñé con un hombre igual a ti, así de pellejo y profano, hinchado como tú por los excesos de vino, café y pimienta roja.

 

Pero ahora –en días grises como hoy-

ya despierto, mi sueño me repugna…

 

y no me queda más remedio que escribir:

 

El tiempo se escapa

aunque no me atrevo a decir esa afirmación de los relojes antiguos: el tiempo huye... se esconde detrás del bellísimo paisaje al derrumbarse el sol.

 

No soy ayer,

soy -como siempre- hoy. Soy yo el que deja atrás el espacio de cuatro dimensiones en el que el tiempo es fatal.

 

Comienza en mí y acaba en mí.

Me engaña, me seduce, me obsesiona, pero le marco los días. Y mi pregunta te la hago a ti espejo fiel imagen de mi bella figura, de mi única figura:

 

¿Podré escaparme del tiempo

con esa bella imagen que me ofreces a diario cuando sea preciso sin miedo?

 

Sé que piensas,

amparado en esa superficie de mercurio, que estoy enamorado de mi cuerpo, pero es que ¿acaso puedo tener otro?

 

Quizá encuentre otras imágenes homotéticas

de mi hermosa, aunque arrugada, piel ahí arriba entre los espejos amarillos de estrellas de cadmio.

 

Aún no sabemos

qué espacios se ocultan en este Universo hiperbólico. De momento me pusieron el nombre de Narciso antídoto de la tristeza.

 

                                                                Johann R. Bach

 

1 comentario:

  1. Quizá encuentre otras imágenes homotéticas
    de mi hermosa, aunque arrugada, piel ahí arriba entre los espejos amarillos de estrellas de cadmio.

    Aún no sabemos
    qué espacios se ocultan en este Universo hiperbólico. De momento me pusieron el nombre de Narciso antídoto de la tristeza."A través del mito de Narciso analizas el paso del tiempo y su inquebrantable alteración en todos nosotros,él acabó ahogado en un río por querer tanto su belleza,mejor sentir "soy -como siempre -hoy,y tal vez halles a una Eco y sea tu espejo y viceversa en paralelo en "los espacios que se ocultan en ese paraíso hipérbolico.!!Qué bueno,así andamos los humanos destrozando espejos!!!Bon día

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