NOCHE DE LLUVIA
Sigilosa la noche,
entre las cortinas imagino en tu cabello el sol que allí quedó olvidado.
Mira, me gustaría
sólo sostenerte con las mías tus manos y estar bien y en silencio rodeado con esta misma música de jazz que estoy escuchando.
Se me dilata entonces el corazón,
hasta que en mil pedazos lo cotidiano estalle. Así se abre al milagro.
Perecen en la aurora
de sus muelles de lo infinito las primeras olas mucho antes de que nuestro planeta vire para tomar nuestra dosis de sol.
Son las cinco de la mañana,
llueve y ya ves: temprano soñando contigo despierto.
Johann R. Bach
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